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ENOLOGIA

CARMENERE

El carmenère tuvo sus años de gloria en Burdeos antes de la crisis de la filoxera en 1860. Luego de ésta, no fue replantado en gran cantidad y está prácticamente extinto en el resto del mundo. Poco productiva, difícil de trabajar en el viñedo y con un ciclo de maduración tardío, fue sustituido por el más fuerte y rendidor merlot. A mediados del siglo XIX, Chile comienza a comprarle a Francia, dado su prestigio, las primeras cepas finas para mejorar la calidad de sus vinos, tradicionalmente elaborados con País, vidueño traído por los españoles durante la Conquista.

Es en ese momento cuando llega el carmenére, sin saberlo, mezclado con otras variedades y confundido con el merlot, justo antes de que desapareciera en Burdeos. Según Patricio Tapia, experto chileno, pasó tiempo "antes de que se descubriera su identidad y que se dejara de confundir con el merlot.

El carmenére madura un mes más tarde que el merlot, sus hojas son distintas, sus racimos son diferentes, así es queda pensar que la suavidad de ambas variedades y sus notas aromáticas "dulces" pueden haber dado pie para que alguien dijera... esto es muy suave para ser cabernet sauvignon..." y comenzaran las investigaciones. En 1994 en el VI Congreso Latinoamericano de Viticultura y Enología, realizado justamente en Chile, se identifica la variedad como carmenére, gracias al trabajo del ampelógrafo de Montpellier Jean Michelle Boursiquotd.

En el promedio de los casos, los vinos chilenos de carmenére son de gran color, taninos suaves y acidez baja. De madurez tardía, quienes lo trabajan en los campos australes deben esperar todo lo que puedan, sino se obtendrán vinos de notas vegetales, aromas verdes a pimentón, defecto y no cualidad de un vino, gran problema de este vidueño, dada su tendencia a producir mucho follaje en desmedro de la calidad y concentración de los racimos. Bien logrado, un vino de carmenère es de aromas intensos a fruta madura y chocolate. Como dice Tapia: su color, sus taninos suaves como el terciopelo y su acidez amable, es el premio a la paciencia. ¡Salud! CARPE VINUM.

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