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ENOLOGIA

CON SABOR A JEREZ Y A RIOJA

Por: Deby Béard
 
Una copa de vino fresco y delicado, degustada en un cálido atardecer de verano en Andalucía, o un Pedro Ximénez suave y dulce, bebido en un pub de Londres en una fría jornada de enero, son sólo ejemplos de las múltiples facetas de un vino andaluz.
Conocer la variedad de vinos que produce Andalucía exige una cultura excepcional. Sus vinos, únicos y alejados de cualquier comparación posible con los demás vinos españoles, simbolizan una cultura centenaria y configuran una verdadera tradición enológica.
Las bodegas de Jerez suelen ser grandes empresas y muchas de ellas fueron fundadas por ingleses en el siglo pasado.
En el corazón del Puerto de Santa María, las amplias instalaciones de Osborne ocupan 30 hectáreas. Comprenden un laberinto de hermosos patios sombreados, jardines y no menos de 40 bodegas diseminadas alrededor de la vieja casa familiar de los Duff Gordon, comprada por Osborne en 1872.
Osborne sigue siendo una empresa familiar desde el siglo XVIII. Forma parte del selecto grupo de las primae familiae vini, que agrupa las primeras firmas familiares del mundo (Vega, Sicilia, Miguel Torres, Symington, Oporto, Hugel, Rothschild, Modavi, etcétera).
Elabora jereces del puerto, finos, elegantes y ligeros, sin el mordiente de las manzanillas de Sanlúcar ni la fuerza de los vinos de Jerez.
Se conoce sobre todo el fino Quinta, el amontillado seco Coquinero y el oloroso seco Bailén.
Osborne vinos reagrupa todas las actividades de Grupo Osborne en el área de vinos en España y Portugal: Vinos de Jerez, Vinos de Oporto, Vinos de Rioja, Vinos de la Ribera del Duero, Vinos de la Tierra de Castilla, Vinos de la Tierra de Cádiz.
Con ello logran una gestión global de todas las marcas, con el objetivo de unir bajo un mismo paraguas las denominaciones de origen de mayor prestigio con nuevos proyectos que responden a lo que desean ofrecer.
La famosa enóloga María Martínez me hizo probar, para estos días de verano, un magnífico blanco de la casa, de los vinos de D.O.C. Rioja, el Montecillo Blanco, elaborado en sus bodegas de Fuenmayor con la variedad de uva Viura. El proceso de fermentación tiene lugar a temperatura controlada muy baja, para obtener la máxima intensidad aromática.
Elaboración. Estrujada la uva, se macera en frío con sus pieles, potenciando los aromas. Se realiza un suave prensado seguido de un desfangado natural. Una vez el mosto limpio, pasa a fermentación a baja temperatura (14º C), obteniendo un vino pleno de aromas.
Características organolépticas. A la vista: de color amarillo pálido con reflejos verdosos, limpio y brillante.
A la nariz: destaca la gran carga frutal, manzana, toronja, etcétera.
A la boca: vivo y agradable, donde se potencia aún más la carga frutal, frutas blancas en el postgusto.
Recomendaciones. Ideal con pescados, mariscos y quesos frescos. Temperatura de servicio: 8º C

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