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ENOLOGIA

LA SEDUCCIÓN DE LA GARNACHA

 
 
ENTRE COPAS
La seducción de la garnacha
 
Los vinos de garnacha aragoneses siguen ganando adeptos por todo el mundo. Los de Campo de Borja, en concreto, gustan mucho en EE. UU., donde Robert Parker ha designado a Borsao como una de las bodegas españolas con mejor relación calidad-precio.
 
JOSÉ LUIS SOLANILLA. Zaragoza
Lejos quedan ya los años aciagos para las variedades de uva españolas que caían ante el empuje de uvas foráneas en una especie de fiebre invasora que provocó masivas plantaciones de cabernet sauvignon, merlot o syrah. La garnacha, una uva aragonesa por excelencia, también sufrió aquel virus de la modernidad, aunque un puñado de incondicionales aguantaron el tirón a la espera de tiempos mejores. Gran parte de la resistencia garnachera quedó fijada en las comarcas que hoy constituyen los términos agrupados en las denominaciones de origen de Cariñena, Calatayud y Campo de Borja.

En esta última, con una tradición milenaria en la elaboración de vinos, los agricultores y cooperativas se han ido adaptando a los nuevos gustos de los mercados anglosajones, que, al amparo de críticos capaces de marcar la dirección del consumo, vienen demandando vinos densos, con mucho cuerpo y con mucha expresión frutal aromática y gustativa. En concreto, Robert Parker, el gurú capaz de hacer que se agote un vino en pocas horas en función de sus puntuaciones, no ha parado de ensalzar las añadas recientes de los vinos borjanos, criados al amparo del majestuoso Moncayo.

Tal es así, que algunas bodegas de esta D. O. han duplicado y hasta triplicado sus exportaciones a los Estados Unidos. En este caso se encuentran Bodegas Borsao y Bodegas Alto Moncayo, repetidamente tocadas por la barita mágina de Parker en las puntuaciones que anualmente otorga a vinos del todo el mundo. Por si fuera poco, 'Wine Spectator', revista fundada por el propio Parker, hacía un balance en su último número sobre los mejores vinos que pueden encontrarse en todo el mundo por menos de 20 dólares. Tras citar los caldos de garnacha, "jugosos y llenos de fruta", de Cariñena y Campo de Borja, la revista ponía de relieve, entre los ’Valores recomendados’ por su relación calidad-precio, a Bodegas Borsao. Y citaba, en concreto, el Tres Picos -100% garnacha- y el Borsao Crianza Selección, que incluye en su ’coupage’ merlot y tempranillo, además de garnacha.

Vino de ladera

No es ningún secreto que Parker tiene casi tantos detractores como seguidores, al menos aquí en España, donde se le acusa de fomentar una homogeneización de los gustos por estos vinos de alta expresión. Por lo que a mí respecta, suelo estar de acuerdo con sus apreciaciones sobre los vinos aragoneses. Tampoco creo que promocione la elaboración de vinos cortados por el mismo patrón. No hay más que detenerse a apreciar los matices de los vinos de una misma bodega de la zona para constatar que cada uno tiene su propio carácter.

Hace unas fechas pude apreciar esa riqueza de matices en un viaje a Borja, donde caté los vinos que se elaboran en Bodegas Borsao y en Bodega Alto Moncayo bajo la dirección técnica de José Luis Chueca. Con José Miguel Sanmartín, director gerente de Borsao, y con los responsables del departamento comercial, recorrimos algunas de las mejores fincas en las que sobreviven cepas de garnacha centenaria que luego sirven de base para la elaboración de los mejores vinos, los tres de Alto Moncayo -Aquilon, Alto Moncayo y Veraton- y otros de Borsao que se alimentan de estas cepas viejas, como el incomparable Tres Picos o el Borsao Selección Crianza. Vinos amplios, aromáticos, con cuerpo, más balsámicos, especiados o minerales unos que otros, pero vinos que valen más de lo que cuestan. Y bien que lo saben los consumidores avezados norteamericanos

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