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ENOLOGIA

VINO A GRANEL

Mejorar la imagen del vino a granel de calidad, tarea de todos
 
Debemos hacer un esfuerzo entre todos para que los vinos a granel de calidad ocupen el lugar que les corresponde

 

José Luis Murcia. Periodista. Miembro de la FIJEV.

Hasta que un grupo empresarial español no ha dado el paso adelante para hacer una feria mundial, que sirva de encuentro entre compradores y vendedores del vino a granel de calidad, no nos hemos percatado de que este producto, al igual que las provincias de Teruel o Soria, también existe. Y no sólo existe sino que conforma buena parte de la riqueza creada por bodegas y cooperativas en varias comunidades autónomas españolas como Castilla-La Mancha, Comunidad Valenciana, Andalucía, Aragón y Extremadura, entre otras.

En un momento en que, según los promotores, la World Bulk Wine Exhibition está teniendo una importante aceptación entre los productores, tanto españoles como franceses o chilenos, por poner tres ejemplos, debemos entre todos hacer un esfuerzo para que los vinos a granel de calidad, que los hay y muchos, ocupen el lugar que les corresponde y para ello nada mejor que un empujón conjunto del sector para que la feria sea, que seguro lo va a ser, todo un éxito.

Administraciones públicas, entidades bancarias, bodegas y cooperativas tienen la obligación de unirse al carro siempre, pero más en unos tiempos en que nos vienen mal dadas, especialmente en Comunidades Autónomas como Castilla-La Mancha, que cuentan con 600.000 hectáreas en producción y más del 50% de la producción del vino español. Vender todos los años más de 20 millones de hectolitros es una tarea muy difícil y para ello hay que propiciar encuentros como que el que va a tener lugar los próximos días 9 y 10 de noviembre en Amsterdam, con toda la flor y nata mundial de los productores de vinos a granel de calidad.

España ha logrado un importante hito en 2008 al vender en el exterior más de 15 millones de hectolitros de vino, la mayoría de ese aumento se produjo gracias a la magnífica marcha de los vinos de mesa sin embotellar: los graneles. Y curiosamente, los meses que llevamos de 2009 han supuesto un paso atrás en el comercio exterior, impulsado sin duda por la crisis económica y por la enorme pujanza de dos productores del Nuevo Mundo como son Argentina y Sudáfrica, precisamente al hundirse las ventas de vinos a granel.

Amsterdam no sólo será en noviembre la capital mundial del vino durante dos días sino que del trabajo que allí se fragüe tiene que nacer un nuevo impulso del comercio internacional con la puesta en valor de un tipo de vinos que durante años ha sido el que hemos consumido en la inmensa mayoría de las mesas de nuestros hogares.

Las jornadas técnicas que allí se llevarán a cabo tienen que servir también para mejorar la percepción social de los vinos a granel de calidad, ya que ningún hogar puede beber a diario vinos de precios que oscilen entre los 10 y los 100 euros diarios. Asimismo, los comensales debemos exigir a los restaurantes de menús diarios que nos sirvan un buen vino en jarra o en frasca antes que un mal vino en botella, algo que desgraciadamente está ocurriendo con demasiada frecuencia. Esas jornadas técnicas deben servir también para que periodistas, prescriptores, masters of wine y consultores tengan en cuenta al pueblo llano y no sólo hablen de vinos que superen los 50 euros la botella, ya que el grueso del sector se la juega en buena medida en la producción de graneles de calidad.

En España somos muy dados a criticar y destruir las iniciativas empresariales y a remar contracorriente en unos momentos que, más que nunca, necesitamos de la unidad del sector. Es ahora cuando todos los agentes del vino, codo con codo con Bruselas, la Administración central y las Administraciones autonómicas, deben remar en la misma dirección, que es la puesta en valor del vino español de calidad, sin distinción de precios ni de orígenes, ya que el futuro va a depender en gran parte de lo que seamos capaces de llevar al mercado internacional y colocarlo a un precio que sea rentable para todos los escalones de la producción. La próxima estación se llama Amsterdam y ahí deberemos estar.

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