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ENOLOGIA

ZONAS Y CEPAS ARGENTINAS

Por: Heliana Pagani - Instituto de los Andes - En Argentina se destaca una amplia superficie cultivada, con las siguientes variedades aptas para la actividad de la vitivinicultura:

TINTAS

Bonarda

Malbec

Cabernet Sauvignon

Tempranilla

Sangiovese

Merlot

Bequignol

Barbera

Syrah

Greco nero

Fer

Canari

Pinot Noir

Balsamina

Fintendo

Freisa

Nebbiolo

Lambrusco

Raboso Varonés

Graciana

Carignan

Alicant Bouchet

Tannat

Verdot

Pinot Joubertin

Dolcetto

Cinsault

Aspirant Bouchet

Cesar

Ruby Cabernet

Gamay

 

BLANCAS

Pedro Ximénez

Moscatel de Alejandría

Torrontés Riojano

Chenin

Uni Blanc

Chardonnay

Gibi

Semillón

Tocai Friulano

Maticha

Sauvignon Blanc

Palomino

Moscatel Amarillo

Riesling

Moscato d´Asti

Saint Jeannett

Pinot Blanc

Prosecco

Gewurztraminer o Traminer

Macabeo

Elbling

Sylvaner

Melon Muscadet

Viognier

ROSADAS

Cereza

Criolla Grande

Moscatel Rosado

Criolla chica

Valency

Buonamico

Ferral

Garnacha

Canela

Ferral

Traminer

PRINCIPALES DENOMINACIONES DE ORIGEN (ZONAS VITIVINICOLAS)

La zona vinícola Argentina se encuentra al oeste del país, recostada a la cordillera de los andes, con alturas que oscilan entre 500 y 1.500 metros sobre el nivel del mar. Los vientos húmedos del pacífico, descargan su humedad sobre los andes chilenos, entrando al país secos, determinando una zona semidesértica, con inviernos igualmente secos, y una precipitación anual entre 100 y 400 mm de lluvia al año.

Está dividida en tres grandes regiones:
- Centro-Oeste (Cuyo)
- Nor-oeste.
- Sur (Patagónica)

La Región CENTRO-OESTE, esta subdividida en siete subregiones donde sobresalen Mendoza, San Juan y Valle del Uco.

MENDOZA, la más importante del país, aglomera la viticultura alrededor de los ríos de montaña. Esta región posee un suelo fino de características aluvionales, rocoso y arenoso. Las cepas más sembradas son las blancas, Chenin Blanc, Torrontés Riojano, Chardonnay, Riesling y Sauvignon Blanc, entre muchas. Y las tintas, Malbec, Cabernet Sauvignon, Merlot, Syrah, Pinot Noir, Barbera, Sangiovese, Tempranilla y Boyarda, entre otras.

SAN JUAN, se encuentra en ambos lados del río del mismo nombre, observándose que los suelos situados en la margen izquierda del río son pedregosos y en parte cubiertos de arcilla y arena, adecuados al cultivo de la vid. Los ubicados sobre la margen derecha son de gran fertilidad, en general arenosos, arcillosos y poco profundos. La variedad predominante es la rosada, Cereza, y entre las blancas le siguen en superficie sembrada, las variedades Moscatel de Alejandría, Pedro Giménez y Torrontés Riojano.

VALLE DEL UCO, ubicada al sur oeste de la ciudad de Mendoza, abarca territorios cultivados de los departamentos de Tunuyán, Tupungato y San Carlos, sobre el piedemonte Andino. En esta área predominan las variedades tintas, entre otras: Malbec, Tempranilla, Barbera, Merlot, Cabernet Sauvignon, Sangiovese y Bonarda. Y entre las blancas para vinificar, están Semillón (principalmente en Tupungato), Torrontés Riojano, Pedro Giménez, Chardonnay y Chenin.

La región NOR-OESTE, está compuesta por cuatro sub regiones, entre las que sobresalen SALTA, CATAMARCA y LA RIOJA.

SALTA, donde se destaca el Valle de Calchaquíes, encontramos la localidad de Cafayate, la más importante de la región para la producción de vinos, que cuenta con los viñedos más altos del mundo (1.700 m.s.n.m.), y suelo franco arenoso profundo, con ripio y piedras sueltas; donde el Torrontés Riojano es la cepa insignia, seguido por Chardonnay, Chenin y Cabernet Sauvignon.

CATAMARCA, con sus suelos son profundos, francos o limo arenosos, donde la variedad cereza tiene una predominancia general, acompañada en menor cuantía de Torrontés Riojano, Bonarda y Moscatel de Alejandría.

LA RIOJA, tiene suelos aluvionales con textura franca a franca-arenosa; y está conformada por pequeños valles, entre las Sierras de Velasco y Famatina. La cepa por excelencia de la zona es el Torrontés riojano.

Por último la Región SUR, como su nombre lo indica es la región más austral de argentina, donde destaca la zona de

RIO NEGRO, en la que se siembran las tintas Malbec, Merlot, Syrah, Pinot Noir, Cabernet Sauvignon, y Bonarda, y las blancas Torrontés Riojano, Pedro Giménez, Semillón, Torrontés Sanjuanino, Sauvignon Blanc, Torrontés Mendocino y Chenin.

La ya internacionalmente conocida Ruta del Vino es un desplazamiento que bordea la Cordillera de los Andes comenzando por la provincia de Salta y bajando hacia el sur, pasando por Catamarca, La Rioja, San Juan, Mendoza y Neuquén, para terminar en Río Negro.

De acuerdo a ArgentinaTuristica.com, los vinos Argentinos, tienen una capacidad antioxidante mayor que los de Usa, Chile y el Viejo Mundo, esto debido a la altura, inusual, a que se encuentran los viñedos, lo que incidiría en una alta concentración de “Polifenoles”, que son las sustancias beneficiosas para la salud, lo que los convierte en uno de los vinos más saludables del Planeta.

En resumen podemos decir que Argentina nos presenta una gran diversidad de vinos elegantes, bien presentados, y muy satisfactorios, que pueden ser degustados a unos precios, muy competitivos, frente a los vinos del viejo mundo.

Preferentemente situadas en valles amplios o llanuras inclinadas, las regiones del vino argentino cuentan con una serie de características bien definidas. La primera y tal vez más importante es la altitud. La cercanía del macizo andino hace que el cultivo de la vid se practique sobre planicies con pendientes del 0,2 a 2%, en altitudes que van desde los 300 hasta los 3.000 metros sobre el nivel del mar. Tal peculiaridad es única en el mundo, ya que no sólo abarca a los viñedos ubicados a las mayores alturas conocidas para la producción de vinos, sino que, además, el promedio general se ubica por encima de los 900 metros, algo que no tiene comparación en todo el planeta.

Otro rasgo distintivo del vino argentino es su condición natural, fundamentada en las bondades de un clima seco, donde las enfermedades que afectan a la vid son poco frecuentes y, por tanto, apenas necesarios los tratamientos para combatirlas. El riego permite regular la fertilidad de los suelos, recurriendo a las aguas purísimas provenientes del deshielo de la nieve y los glaciares de los macizos andinos. El cielo, casi siempre diáfano, provee abundante sol para lograr altos tenores de madurez, pero convenientemente compensado con una importante amplitud térmica. Como dato adicional pero no menos importante, todos los viñedos se sitúan lejos de los centros poblados, carecen de contaminación y, mayormente, están sustentados por suelos jóvenes, escasamente labrados, lo que permite trabajar sin la adición de fertilizantes. Todo ello le imprime a los vinos un carácter único, reconocible por los colores intensos, los aromas profundos y los sabores carnosos, colmados de fruta y de frescura.

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