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ENOLOGIA

PILSEN - REPÚBLICA CHECA

En homenaje a la cerveza
Esta histórica metrópoli de Bohemia Occidental, cuna de la cerveza rubia, celebra 165 años de su ‘lager' más famosa con un destacado festival cultural
Por: PATRICIA OSUNA
La plaza de la República, con la iglesia de San Bartolomé y el Ayuntamiento, acoge el festival Pilsner Fest. / MANUEL ASENSIO ampliar foto La plaza de la República, con la iglesia de San Bartolomé y el Ayuntamiento, acoge el festival Pilsner Fest. / MANUEL ASENSIO

Los que llegan a Pilsen por vez primera suelen desconocer que esta ciudad fue fundada en el año 1295 por el rey Wenceslao II, que durante siglos fue el centro cultural y comercial de Bohemia Occidental gracias a su favorable posición geográfica o que aquí se imprimió el primer libro en lengua vulgar de la cultura checa. El visitante que... ...hace un alto en su viaje para adentrarse en esta urbe industrial suele manejar un solo dato: ésta es la cuna de la mejor cerveza rubia, la Plzensky Prazdroj de 12º o, en cristiano, la Pilsen.

La cerveza checa es una de las más prestigiosas del mundo y descubrir su origen, elaboración, degustación y celebración en festivales tradicionales es, en estas fechas, un deber. Y si algún despistado llega aquí por azar, la carretera pronto le dará una pista sobre la naturaleza de su destino: las vías, de doble sentido y circulación parsimoniosa, están flanqueadas por interminables estructuras de madera, los secaderos de lúpulo.

Aunque en Pilsen la tradición cervecera se remonta a finales del siglo XIII, no fue hasta 1842 cuando los burgueses de la ciudad decidieron construir una fábrica moderna -la Pilsner Urquell- y contratar a un famoso maltero de Baviera, Josef Groll. Con ingenio y acierto, Herr Groll mezcló el agua de los manantiales que corrían bajo la fábrica, el famoso lúpulo Saaz aromático, cebada checa y levadura: había nacido la lager.

Hoy día, la fábrica Pilsner Urquell es una ciudad dentro de la ciudad: en su recinto hay numerosos edificios (museo incluido), calles y avenidas, una locomotora, restaurante y cervecería... La visita guiada (en inglés, alemán, francés y checo), de una hora de duración, le permitirá conocer el proceso de elaboración, ver el tanque de latón donde Herr Groll preparó la famosa primera partida de cerveza, recorrer un tramo de los 9 kilómetros de túneles subterráneos donde almacenan los barriles y, como broche final, degustar la Pilsen de inconfundible color dorado, bouquet semi tostado y equilibrado sabor a caramelo.

FESTIVAL. Para conmemorar la elaboración del primer barril de cerveza Pilsner Urquell y honrar el espíritu visionario de Groll, Pilsen celebra cada año el festival cultural Pilsner Fest. Del 3 al 7 de octubre, conciertos, concursos y una gran selección de productos gastronómicos checos aderezan una semana de festejos en los que se involucra a toda la ciudad. Por primera vez, el festival se desarrolla fuera del recinto de la fábrica e incluye actividades en las tabernas locales, noches de lecturas literarias en el Museo de la Cerveza (abierto desde 1959 y conectado con la pintoresca taberna Na Parkánu) y la actuación ininterrumpida de 35 grupos de música.

Durante cinco días la cerveza fluye sin mesura (35.000 litros) por las calles de Pilsen al grito unánime de «Prípitek! (¡Salud!)». Los ya mencionados Museo de la Cerveza y fábrica Pilsner son, junto al estadio Viktorie y la plaza de la República, los principales escenarios de tanto jolgorio etílico.

HUMO Y VAPOR. Con más de 170 mil habitantes, Pilsen es hoy la cuarta ciudad de República Checa. Su horizonte suele ser una sinfonía grisácea de humo y vapor, pero su marcado carácter industrial no empaña una fisonomía ecléctica acreedora de un bello centro histórico situado en la confluencia de cuatro ríos.

La plaza de la República presenta una gran variedad de estilos arquitectónicos, comenzando por la iglesia gótica de San Bartolomé, desde cuya torre, a 102 metros de altura, se puede obtener una panorámica de toda la ciudad. A escasos metros se alza el antiguo Ayuntamiento, de estilo renacentista.

Aquí y allí se conservan otros edificios antiguos, pero la gran mayoría se construyó durante el auge industrial de principios del siglo XX, lo que produjo fantásticas variaciones en los temas neohistóricos y en los motivos Art Noveau, sobre todo al norte y al oeste de la plaza. Fuera de ésta, la gran sinagoga -la tercera más grande del mundo-, el teatro Josef Kajetán Tyl y el Museo de Bohemia Occidental son otros de los lugares que merecen una visita.

Y si la Pilsen le ha sabido a poco, al finalizar su estancia en la ciudad puede emprender la ruta de la cerveza: cuatro días y 570 kilómetros por la región de Bohemia para conocer Krusovice (donde se produce la cerveza imperial desde el siglo XVII), Chodovar Plana, Ceske Budejovice (lugar de elaboración de la Budweiser Budvar) y las tabernas más populares de Praga, como U Fleku, Novomestsky y Klasterni pivovar. Fuente: elmundo.es

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