“Hay placeres que perjudican la economía y la salud, pero el vino es un placer que, precisamente, se aconseja para prolongar la vida. Y es que el vino es para vivir, no para beber…”. El periodista y escritor Juan Cruz (Puerto de la Cruz, Tenerife, 1948), autor de numerosas novelas y poseedor de infinidad de galardones como el Premio Azorín en 1988, el Premio Canarias 2000 de Literatura o el Premio Comillas de Historia, Biografía y Memorias 2009, entre otros, tiene claro el importante valor del vino en la historia de la literatura, el cine, el periodismo y, por supuesto, en su propia vida.

El canario, en plena celebración personal del 35 aniversario de la creación del diario El País, de la que fue actor protagonista, está convencido de que el vino es “un compañero, una persona muy especial que madura en reposo y que no ofende a nadie a no ser que sea muy insistente” y, desde luego, cree que “hace mejores a las personas”.

Estos conceptos que tiene tan claros le llevan a ser el moderador idóneo para ‘Vino y novela’, una mesa redonda en la que participarán los escritores Luis Landero, Clara Sánchez y Manuel Hidalgo, el próximo día 12, “a los que será muy fácil conducir -asegura- porque todos tienen una labia muy culta y, como le decía hace unos días a Vargas Llosa, no tiene mérito preguntar a quienes siempre te dan respuestas maravillosas”.

Para Cruz, la relación entre vino y novela es eterna. “Hay muchas novelas llenas de vino y mucho vino en el cine. En Baroja, en Cela…en numerosos novelistas a lo largo de la historia de la literatura; en periodismo, incluso, hay innumerables crónicas que no podrían haberse escrito sin vino”, afirma el escritor, que recuerda también los descubrimientos que, gracias al vino, hizo Ernest Hemingway o que “el vino es el patrimonio del gusto de Manu Leguineche”.

Aunque escribe sobrio, reconoce que el vino es necesario en muchos momentos: en una cena con ricas viandas y buena conversación en perspectiva, o en otras situaciones para el disfrute y la creación. “Por ejemplo -recuerda-, hace unos días hice una entrevista a Luis Landero y, justo cuando íbamos a empezar a hablar, se puso una copa de vino delante…él, por ejemplo, necesita el vino para abrir boca”.

Cruz confiesa su gusto por la manzanilla, “que me anima mucho” o un vino bien elegido. Y, en este punto, reconoce la capacidad de su mujer para seleccionarlos. Preguntado entonces sobre si cree que hay una sensibilidad distinta para escoger y disfrutar los vinos entre hombres y mujeres -tema de las mesas redondas que también se celebrarán en la Feria, con la escritora Carmen Posadas y la periodista Marta Robles como moderadoras-, Cruz rechaza la distinción. “Hay hombres y hay mujeres, cada uno de nosotros diferente al otro, pero no soy partidario de las divisiones basadas en el sexo”, afirma.

“Hay que explicar con mimo que el vino forma parte de los placeres más reales de la vida” - En cuanto al descenso del consumo de vino en España, muy acusado en los últimos tiempos, piensa que una buena manera de recuperar el gusto por su presencia en la mesa es “explicar con mimo que el rey tolerable de los alcoholes forma parte de los placeres más reales de la vida”.

En esta línea, se muestra de acuerdo con el objetivo de FENAVIN de prestigiar su consumo, vinculándolo a valores positivos del mundo de la cultura, la salud o el deporte, para acabar definiendo la Feria Nacional del Vino, que abrirá sus puertas este próximo martes, 10 de mayo, en Ciudad Real, como “una feria muy profesional y muy dedicada al vino y a universalizar el gusto por él”.