EL TXAKOLI
Durante los últimos años el consumo de este producto ha despertado un gran interés. Es un vino fácil de tomar en consonancia, con las tendencias actuales de beber vinos ligeros, frescos y afrutados. Así lo corroboran los grandes cocineros que lo aconsejan en sus cartas de restaurantes. Al tratarse de un vino de año, no se debe dejar envejecer en bodega, por lo que se recomienda tomarlo en el año de su cosecha.
La elaboración se extiende a las tres provincias vascas. Destacando sobre todo, los que se elaboran en Getaria (Guipúzcoa) y en Lekeitio (Vizcaya). Este es un vino de una graduación moderada, procedente de uvas que no alcanzan suficiente madurez y que, normalmente, oscila entre los 9 y 11 grados. Dependiendo del tipo de txakoli su color variará, pudiendo ser: blanco, tinto o rosado al que también se le llama ojo de gallo.
La uva y la vendimia - La uva de las parras txakolineras se caracteriza por tener un color verde amarillento. La vendimia se efectúa entre septiembre y octubre, dependiendo de la maduración del fruto. Una vez extraído el zumo de la uva, se introduce en barricas o cubas de acero, que se dejan abiertas entre una y seis semanas antes de cerrar, para que culmine la fermentación. Según una vieja tradición, hasta que no caigan dos o tres heladas en el mes de febrero el txakoli no alcanza el punto perfecto para su embotellado.
Origen - Las ordenanzas de Lekeitio de 1338, recogían la exención de impuestos para maderas que sirvieran para emparrar los viñedos. Durante siglos, Vizcaya fue un magnífico viñedo y sus cultivos llegaban a toda la costa. En 1850, Lekeitio cosechaba del orden de 800.000 litros anuales, cantidad que supera lo elaborado en estos días por las denominaciones actuales. El florecimiento en el cultivo de la vid continuó hasta mediados del s. XVIII, entonces los cereales desplazaron al cultivo de la vid, originando un descenso en la producción del txakoli.
Con la propagación de la filoxera (insecto que ataca a las raíces de la vid) a principios del siglo pasado, se produjo casi la total desaparición de su explotación. En las últimas dos décadas ha comenzado a recuperarse resurgiendo de nuevo con fuerza.
TIPOS DE TXAKOLI - El txakoli de Guipúzcoa - El txakoli que se produce en Guipúzcoa, concretamente en Getaria, es un vino joven con dos variedades de uva. La Hondarribi Zuri, que supone el 85-90% de la producción, y Hondarribi Beltza que supone el 10-15% restante.
Este tipo de txakoli es un vino blanco, joven y afrutado de color amarillo pajizo con aromas frutales. Con una graduación media de 10.5º y de una leve acidez característica. Cuando se sirve en la mesa, conviene romperlo en la copa, de manera que desprenda toda la gama de sus aromas.
El Txakoli de Vizcaya - Es un vino joven, ligero, aromático y con una discreta aguja, con un sabor que resulta suave y afrutado. El tipo más extendido de esta provincia es el blanco, seguido del rosado u ojo de gallo. Se caracteriza por tener un color brillante y transparente. Posee además, una graduación alcohólica de entre 10.5º y 11º.
El txakoli de Álava - La comarca Cantábrica Alavesa, con los Ayuntamientos de Amurrio, Ayala, Artziniega, Llodio y Okondo, constituye el marco geográfico donde se cultivan las vides de la variedad autóctona Hondarribi Zuri con las que se elabora el txakoli de Álava.
Es un vino joven de color amarillo paja, brillante con intensos aromas frutales propios de su variedad, equilibrada acidez y marcada personalidad. Su sabor es suave y ligero. Sus características lo hacen muy adecuado para acompañar platos en lo que se degusten mariscos, pescados, carnes blancas, quesos, etc. Fuente:Mundogar:Alimentos
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