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ENOLOGIA

GRANDES VINOS DE CASTILLA Y LEÓN

Arlanza, Arribes, León y Zamora, los otros grandes vinos de Castilla y León

La fuerza de la costumbre hace que las palabras vino y Castilla y León se asocien rápidamente con Ribera de Duero, Rueda, Toro y últimamente El Bierzo, pero en los últimos años hay una nueva pléyade de Denominaciones de Origen que también hacen patria chica: Arlanza, Arribes de Duero, León y Zamora.

Un visitante es informado sobre los vinos de los Arribes del Duero que cuenta con una producción que oscila entre los 1,5 y los 2 millones de litros,
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Con una producción de un millón de kilos y una elaboración aproximada de 750.000 litros, Arlanza, cuyo centro neurálgico se sitúa en el área burgalesa que circunda Lerma, se erige en uno de los nuevos valores castellanoleoneses.

Allí, según palabras de José Ignacio Marqués, director técnico del Consejo Regulador, 'la altitud condiciona mucho la producción a la baja' aunque, agrega, que este hecho es un signo de distinción que eleva a la categoría de lo sublime la omnipresente, supone más del 80 por ciento de la producción total, tinta del país.

Como mosqueteras le acompañan la garnacha tinta y la mencía, esta última en claro retroceso, además de las foráneas cabernet sauvignon, merlot y petit verdot.

Se quejan las 14 pequeñas bodegas que componen la Denominación del escaso éxito que los vinos tienen en su propia tierra, al hacer bueno aquel dicho de que nadie es profeta en su tierra, aunque esperan que el auge de los vinos autóctonos haga recapacitar a la hostelería de la zona en su favor.

Curiosamente, los caldos de Arlanza triunfan en Madrid, Asturias, Cantabria, País Vasco y Costa del Sol, además de los mercados británicos, norteamericanos, alemanes o japoneses que reciben el ocho por ciento de loa producción anual.

En Arribes de Duero, la cuna de la juan garcía y la rufete, lidian todos los años con una producción que oscila entre los 1,5 y los 2 millones de litros, aunque sólo son 600.000 las botellas que salen al mercado.

Carlos Capilla, su director técnico, recuerda que también la tempranillo, la garnacha y la mencía acompañan a las uvas citadas anteriormente y esperan que la autóctona Bruñal, de escasa producción pero gran potencial fenólico y aromático, salga de su ostracismo actual de 1.500 kilos anuales de producción. En el caso de los blancos la malvasía, la verdejo y la albillo complementan la producción de tintos.

Elogia, al revés que su colega de Arlanza, los mercados de Zamora, Salamanca y León que sí hacen justicia a sus vinos y recalca la presencia en mercados tan exigentes como el británico o el alemán.

La directora técnica de la Denominación de Origen Tierra de León, Estefanía Sevillano, resalta que un total de 36 bodegas muy elaboran millón y medio de botellas con dos variedades estrella, la prieto picudo y la mencía, a la que acompañan la garnacha y la tempranillo.

Aunque también las blancas, especialmente en vinos jóvenes, tienen aquí su mercado gracias a las verdejo, albarín y godello, a quienes acompañan la malvasía y la palomino.

Destaca las ventas en los mercados nacionales y su 'magnífica acogida' en León y Asturias y defiende la singularidad de la blanca albarín, una uva con importantes aromas de frutas tropicales.

Sólo 350.000 botellas de los casi 1,5 millones de litros que se elaboran salen al mercado con la contraetiqueta de Tierra de Zamora, la cuarta Denominación joven de Castilla y León, que tiene en la tempranillo y la garnacha tinta sus puntales.

Su presidente, Juan Miguel Fuentes, dice que es difícil hacerse hueco en un mercado cada vez más complicado con ocho bodegas algunas de las cuales elaboran alrededor de 10.000 botellas.

Con verdejo y malvasía en blancos, que sólo suponen el diez por ciento de la producción, Zamora se abre huecos en mercados como Cataluña y Levante, además de Castilla y León, y en mercados centroeuropeos y del Sudeste Asiático donde son muy elogiados.

Son las nuevas caras de Castilla y León, la Comunidad Autónoma española que desde hace dos años mayor presencia tiene en las principales ferias vinícolas del mundo. Conscientes de que la diversificación supone originalidad, las nuevas Denominaciones de Origen arrancan con el reto de afianzarse en los mercados nacionales e internacionales con una oferta diferenciada frente a la uniformidad del Nuevo Mundo.
Terra Actualidad - EFE

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