UNA GRAN SUBASTA
LA TOUR D'ARGENT: EMPIEZA LA SUBASTA
Un coñac de 1788, 25.000 euros
ELMUNDOVINO
La botella de coñac Fine Champagne Clos du Griffier (1788), anterior a la Revolución Francesa, se vendió por 25.000 euros en la subasta de buena parte de la bodega del restaurante La Tour d'Argent, informó la casa de subastas Piasa. El destilado, cuyo importe se destinará a la asociación Petits Princes, encargada de hacer realidad los sueños de los niños con graves enfermedades, fue adquirido por un francés residente en Londres, destacó Piasa en un comunicado recogido por la agencia Efe.
La centenaria botella es la estrella entre las más de 18.000 de vino, coñac y champán que se están subastando entre el lunes 8 y eklen París, en una venta con la que La Tour d'Argent, uno de los restaurantes más antiguos de la capital francesa, espera recaudar más de un millón de euros. Con la subasta, el célebre restaurante fundado en 1582 busca hacer hueco entre las 450.000 botellas con que cuenta su bodega para otras nuevas que se acerquen a los gustos actuales y renovar parcialmente los 1.200 metros cuadrados donde se almacenan los vinos de La Tour d'Argent.
El restaurante, que no acostumbra a servir vinos con menos de diez años, también ofrece a los compradores burdeos de Château Latour 1975, Château Cheval Blanc 1928 o Château Lafite Rothschild 1970. Los vinos de la Borgoña están representados por botellas como la de Meursault Clos de la Barre Lafon 2004, y el Loira por el Pouilly-Fumé Silex Dagueneau 2005 o el Montlouis Remus Taille aux Loups 1997.
Entre los espirituosos, se puede adquirir, por ejemplo, un Bas Armagnac Jouanda 1934 o un Rhum Bally (Martinica) 1947, entre otros.
En sus más de 400 años de historia (una historia un tanto forzada, ya que el restaurante actual se remonta en realidad a 1890), a la mesa de La Tour d'Argent se han sentado personajes como el monarca francés Luis XIV, el zar Nicolas II de Rusia, el financiero Randolph Rockefeller o el ex presidente de Estados Unidos Franklin D. Roosevelt.
La subasta de una parte de la bodega de La Tour d'Argent de París comenzó el lunes 7 de diciembre con grandes sauternes, según informaba AFP. Los compradores muestran un gran interés e incluso a veces combatividad, y algunos lotes han alcanzado hasta cinco veces su precio estimado. La venta de 18.000 botellas en dos días debería alcanzar más de un millón de euros. En la noche del lunes se subastaron tres botellas de coñac de 1788, estimadas entre 2.500 y 3.000 euros cada una, entre ellas la que ascendería hasta los 25.000. Un lote de tres botellas de Château Rieussec, Sauternes 1er Cru 1971, ha sido adjudicado en la mañana por €650, cuando lo estimaba entre 100 y 120 euros la casa Piasa, responsable de esta subasta en los Salones Hoche de París.
Otros vinos blancos de Burdeos se han vendido muy bien, como seis botellas de Chateau Haut-Brion, 1er Cru, de 1998, que han subido a los 1.400 euros frente a una estimación de entre 420 y 480.
Sin embargo, la mayoría de los vinos se han adjudicado dentro del rango superior de las estimaciones, según una periodista de la AFP. Muchos compradores están pujando por teléfono a través de una docena de operadores. En el salón, una gran mayoría de hombres de traje y con el pelo gris, pero también cuarentones juveniles, con pantalones vaqueros y zapatillas de deporte.
Algunos toman la subasta con la mayor seriedad, consultan guías, Internet y a los amigos para evaluar hasta qué precio van a subir. Pero otros, más jugadores, se deciden "por feeling".
Frédéric Joffre, ejecutivo de 40 años, se fue con las manos vacías. "No pude comprar lo que yo quería. Me puse un tope de 200 euros por un lote que salió a 250". Pero piensa pasar las próximas horas trabajando sobre las referencias del catálogo para volver a intentar su suerte mañana.
Bruno, banquero de 41 años que no desean ser identificado, se informó sobre todo sobre las añadas más antiguas, cuyos precios conoce menos bien. Puja para un grupo de amigos. "Yo compro, y veremos cómo se reparten las botellas. Compré dos lotes de sauternes, uno de ellos de 1997, año de nacimiento de mi hija", dice a la AFP.
Sandrine Leroy espera su momento, es decir, la de los tintos de Burdeos. "Los tintos del Loira no me interesan. Demasiado caros para lo que son," dice la joven, de pelo corto y 31 años, que trabaja en las finanzas.
De pie en la parte posterior de la sala, Yves Coquelet, jubilado de 69 años, desliza su dedo por la lista de los lotes y se lanza. O no. "Yo sigo mi intuición. Con poco éxito, por cierto", bromea. Pese a ello, ha logrado aquirir una docena de botellas de pessac-léognan.
Después de los burdeos blancos, la venta continuó con los vinos tintos del Loira y del Ródano, pero debía ganar fuerza por la noche con los borgoñas blancos y los burdeos tintos.
Stéphane Lacaze, que posee ya, a los 38 años, una bodega de mil botellas, tiene la esperanza de hacerse con algunos vinos añejos. "Yo compro vinos desde unos diez años, así que el 95% de mi bodega sigue necesitando envejecer. Esta venta es una oportunidad para comprar vino para beber, que ha llegado a su madurez".
La bodega de la Tour d'Argent, uno de los restaurantes más antiguos de París, albergará todavía 420.000 botellas después de la subasta.
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