La famosa bodega, valorada en casi un millón de euros (1,4 millones de dólares), contiene unas 38.000 botellas entre vinos, espumosos y licores, y surte desde hace casi un siglo las recepciones y banquetes oficiales.
"Consideré seriamente eliminar la bodega, pero todas las indicaciones muestran que ahorraremos dinero al contribuyente si la mantenemos y la reformamos para que las compras de vino se financien con ventas", declaró el secretario de Estado de Relaciones Exteriores, Henry Bellingham.
El ministerio, que administra la bodega, venderá una selección de vinos de "gran valor", lo que, según él, le permitirá ahorrar "casi medio millón de dólares" hasta el final de la legislatura en 2015 y seguir "agasajando a invitados importantes de todo el mundo".
Estas son las conclusiones a las que llegó tras realizar un estudio sobre la viabilidad económica de la bodega, en el marco de un drástico plan de ajuste para reducir el déficit británico.
El gobierno se comprometió por otra parte a informar cada año al parlamento sobre el uso de las botellas y las cuentas de la bodega, que incluye un Chateau Petrus de 1978, un Chateau Latour de 1955, un Chateau Margaux del 1961, entre otros grandes vinos.
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