ENOLOGISMOS 04
Prof: Jaime Ariansen Céspedes - Curso de Enología
LA POESIA QUE HAY EN EL VINO.
01. La fiesta estaba en silencio, y yo tenia miedo. Entonces mire al cielo, disfrute mi vino y comencé a ser feliz.
02. Ni a ti, sirviente, te viene mal él adornarte con ramas de mirto, Ni tampoco a mí, que bebo mi vino bajo las parras sombrías. (Horacio)
03. Un vino maravilloso e inquisidor, perfuma la sangre dé modo que cabe preguntarse: ¿Que es esto? (Shakespeare)
04. El momento de la verdad o del desencanto ha llegado, cuando alzamos la copa, cuando apreciamos el aspecto, el aroma, el sabor del vino. En definitiva, cada vez que gustamos de un vino es una verdad diferente. (Anónimo bebedor)
05. Copas llenas de ojos muertos y terribles espadas de salmuera. (Neruda, Estatuto del vino).
06. Amo sobre una mesa, cuando se habla, la luz de una botella de inteligente vino. (Rodrigo Alvarado).
07. Soy el vino, me ha satisfecho apreciar que ya hay algunas personas que por lo menos se preocupan de mí. Las expresiones que se refieren a las condiciones de fresco y frutoso, que muchas veces tengo, me llenan de gozo. Cuando se comenta sobre mi cuerpo, cierto rubor me asoma, pero como también soy tinto no se me nota.
08. El hecho de que me busquen para acompañarme con determinados alimentos es muy importante. Sufro cuando me juntan con comidas con las que no congenio. Pero sufro mucho mas cuando me tragan indiscriminadamente para provocar falsas alegrías. Soy natural e integro, por eso solo sé causar alegrías sanas. Para ello Dios me echo al mundo.
09. No quiero ser motivo de engaños y tergiversaciones; aparecer con etiquetas o premios que no me corresponden me enoja, tanto como cuando me envasan en garrafas sucias.
10. Siento una gran frustración porque la juventud no me aprecia, ni siquiera me conoce. Mi corazón esta con ellos porque soy un viejo joven y, contrariamente a lo que cree la mayoría, no mejoro indefinidamente con la edad. De cierta manera, soy como los hombres: tengo juventud, madurez y vejez. En ocasiones me siento mejor cuando joven, otras veces ya maduro, y las menos, viejo. Me preocupa y apena que las mujeres tampoco me conozcan y que por ello me elijan en las botillerías y supermercados movidas solo por el precio con que me rotulan.
11. En los restaurantes deseo ser primer actor: que se me incluya en una carta de vinos y que me ofrezcan con dignidad y conocimiento. Al momento de entrar en la copa, exijo (si, exijo) estar a la temperatura correcta y ruego que me mantengan en la mesa y no me tapen con una servilleta. Yo no tengo nada de malo que esconder, aunque a veces me vistan -reitero- con etiquetas poco veraces y de mal gusto. Antes de beberme, pido que me huelan, me miren el color y mis piernas (son transparentes) y, como decía Talleyrand, "que después se converse".
12. Me es muy grato que reconozcan las distintas variedades con que me visto; puedo ser Chardonnay transparente y frutoso o bien Sauvignon de aroma inconfundible. Cuando soy tinto me siento orgulloso en mi calidad de Cabernet Sauvignon, especialmente cuando no me han puesto en contacto con maderas que me echan a perder. Pero también me siento cómodo como Merlot, Malbec o Verdot. Yo soy el vino. (Rodrigo Alvarado Moore)
13. La tarde descansaba sobre los tejados, En ese único día de toda mi vida.
¿Quién beberá mi vino de moras?
¿Quién encontrara mi balde y mi palo,
mis ojos marrones robando la sal de la cocina?
¿Quién encontrara a mi amigo sin nombre,
mis pasos sin nombre?
¿El océano de pinos,
las huellas sin nombre,
las moras chancadas en el balde?
¿El vino del viento,
el nombre que tuve y ya no tengo
la cocina que tuve y ya no tengo?
¿Quién encontrara mi balde con vino de moras
en silencio?
¿Quién me encontrara callado
Cómo un muerto?
(Francisco García - Tierra Sin Fronteras)
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