CÓCTELES - EL SAN FRANCISCO
Cócteles accidentales: El San Francisco
Cuenta el cotilleo urbano que en 1970 y esa cuarta ciudad californiana estadounidense, la de los Levi's, beatniks hoy cenizos y frenético gold rush, el dueño de un bar penetrando matutinamente en su establecimiento, descubrió estupefacto a su empleado completamente borracho y roncando tras la barra. Indignado y sacudiendo al sujeto, le pidió explicaciones.
El imaginativo barman, para salvar el puesto, recurrió al mote de su ciudad, la que "knows how" y soltando un farol, contestó sin reírse que "...estaba esperando los colores del alba ... para inmortalizarles en un cóctel que le haría famoso".
Lo demostró en un santiamén, realizando un mix de cromática flashy internacionalmente conocido, faltaría menos, como "San Francisco".
El combinado se gesta en el shaker refrescado, mixando 1/2 cl. de jarabe de granadina, 15 de zumo de naranja natural, 5 de vodka de calidad y 3 de jugo de plátano.
Verter en un vaso "tumbler" (tubo, unos 25cl.), cuyo espacio, en parte rellenado de hielo, permite refrescar integralmente los long drinks, caso que nos ocupa. Tocar de una cereza confitada y degustar con los preceptivos aperitivos, para evitar el inevitable subidón.
Otra variante para tastemakers enrollados es la Tequila Sunrise, donde la vodka está sustituida por ese licor mexicano.
Para adquirir la apelación de origen controlada de tequila, el brebaje debe ostentar 51% de agave azúl, suculenta creciendo en la región sinónima del Estado de Jalisco.
Bebida nacional del país de las rancheras, el manjar se obtiene mezclando el mosto fermentado de la piña de la planta con jarabe de maíz o caña de azúcar. Elaborado con jarabe de agave sabiendo a caramelo, pasa a llamarse mixto y es delicioso
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