UVAS PARA CLIMA CALIDO
Matthew Fidelibus.Unas 55 castas poco usuales de uva cultivadas en una parcela de la Universidad de California en Kearney (UC Kearney), en el cálido Valle de San Joaquín californiano y dentro de su Agricultural Research and Extension Center, han mostrado suficientes características prometedoras como para provocar que la enorme empresa vitivinícola Constellation Brands, colaboradora en el proyecto, plantase 25 de ellas en parcelas pequeñas. El objetivo: encontrar castas procedentes de zonas cálidas del planeta que den vinos de alta calidad adaptables al valle de San Joaquín, primera zona productora en cantidad de California, pero la última en términos de reputación y de precios.
"La mayoría de la castas populares, como merlot, cabernet sauvignon o chardonnay, se desarrollan mejor en climas un tanto más fríos. Así que estamos buscando uvas que den frutos superiores en climas cálidos", dice Matthew Fidelibus, especialista de otro campus de la UC, el de Davis. Fidelibus supervisa la producción en Kearney de las variedades traídas de países como España, Grecia e Italia, "donde el clima se asemeja a los día calientes y noches tibias del valle", según la información suministrada por UC Kearney. En lo de las noches puede estribar el problema, para las castas españolas al menos.
Mientras que Fidelibus recopila información sobre el potencial de producción de cada variedad, la formación de los racimos, adaptabilidad a la mecanización y otras características vitícolas, Constellation Brands comprueba el potencial de las uvas de vino para producir vinos californianos distintivos y llenos de sabor.
"Necesitamos una casta sobresaliente", señala Oren Kaye, enólogo de Constellation Brands. "Muchos de los vinos que hemos producido son prometedores".
Actualmente, un 80% de los vinos de California están hechos con menos de 10 tipos de uvas, siendo el chardonnay el vino blanco más popular, y el cabernet sauvignon el tinto. .
Kaye dice que el mercado está listo para algo nuevo, quizás un fiano italiano, un vino blanco de estilo fresco y joven que evoca los sabores de melón y pomela, o el estilísticamente único marselan (un cruce de garnacha y cabernet sauvignon), tinto con un sabor de cereza que resalta. .
Los jóvenes consumidores serán decisivos, dice Kaye. "Aceptan más las cosas nuevas, siempre y cuando sean buenas. En un restaurante, no les molesta sacar su 'smartphone' para informarse sobre un vino del que no han oído hablar antes"..
Al hilo de esta noticia, Gabriela Malizia, del sitio de internet argentino Área del Vino, apunta que Argentina también tiene su programa experimental de variedades, aunque sin apoyo del sector privado. Cita a Santiago Sari, ingeniero agrónomo a cargo del proyecto en Mendoza (hay también parcelas en San Juan y Río Negro), quien explica que desde hace cuatro años se investigan 12 nuevas castas: ancellotta, nebbiolo, nero d'avola, croatina, caladoc, garnacha, corvina, rondinella, touriga nacional y monastrell en tintas y verdicchio y riesling en blancas. .
Entre las castas que han dado mejor resultado está la ancellotta, del norte de Italia, por su intensidad colorante, aunque "es más interesante para corte que como varietal". También la croatina del nordeste de Italia (donde la llaman bonarda, pero no es la auténtica bonarda de Piamonte; tampoco lo es la bonarda argentina, en realidad la corbeau de Saboya) .
"La poca información bibliográfica que tenemos nos dice que su intensidad es media, no es muy tánica, hemos visto que tiene un muy buen color, disminuye en regiones cálidas, aunque no tanto como el malbec; en Argentina desarrolla muchos taninos y se adapta bien a una crianza en barrica", dice Sari. Algo muy interesante es que desarrolla buena acidez aún en zonas cálidas y tiene muy buena aptitud para ser desarrollada como varietal. "En Luján está dando 2000 unidades de color. El promedio de acidez es de PH 3,5. En zonas cálidas no llega a 3,6 y en zonas frías a 3,4 de PH", explica.
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