CAPITULO 28 - VINOS DE ESPAÑA - 14
Extremadura. Volver al presente.
Extremadura es una de las Comunidades Autónomas españolas más condicionadas por su pasado vitivinícola. Poseedora de una larga tradición en la cultura del vino, que se remonta a los tiempos de los romanos, visigodos o árabes, esta región ha vivido momentos de casi un total anonimato, llegando al presente con una imagen renovada y apostando por la calidad gracias a la labor emprendida por la joven Denominación de Origen Ribera del Guadiana.
Formada por las provincias de Cáceres y Badajoz, Extremadura destaca por el elevado número de municipios que se dedican a la viticultura (un total de 124) y su diversidad climatológica y edafológica. La gran extensión del viñedo extremeño (87.450 hectáreas) permite a cada comarca unas variedades de uvas, condiciones de suelos y microclimas propios que aportan riqueza y personalidad a los distintos vinos que allí se elaboran. Junto a las tradicionales variedades de uva blanca (pardina, cayetana y montúa) se están plantando otras variedades tanto blancas (macabeo) como tintas (cencibel y garnacha) muy extendidas en el viñedo nacional, así como algunas variedades foráneas de renombre (cabernet sauvignon, chardonnay). Las nuevas marcas que salen al mercado constituyen una muestra del renacer de una región comprometida con la viña y con el vino.
Ribera del Guadiana.
Tras muchos años de batallar por salir del anonimato comercial y reputar la calidad y personalidad de los vinos extremeños, en 1997 se aprobó el reglamento de la D.O. Ribera del Guadiana. Bajo esta D.O. se amparan seis comarcas vitícolas: Cañamero, Montánchez, Ribera Alta, Ribera Baja, Tierra de Barros y Matanegra. En su creación no se impusieron criterios de homogeneidad, sino que se respetó la singularidad de cada una de las comarcas conectadas entre sí por vínculos históricos, vitícolas y enológicos..
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