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DO MADRID

 

ABC.ES - MADRID. Desde 1990, fecha en la que se aprobó la Denominación de Origen Vinos de Madrid, la calidad de los caldos de la región ha ido en alza y en los últimos años ha experimentado un espectacular incremento comercial.

Como afirman desde la propia Consejería de Cultura y Turismo, la comercialización de Vinos de Madrid ha pasado de las 50.000 botellas en sus inicios a las más de 4,5 millones de la actualidad. De esta producción, el 30 por ciento se vende en el mercado exterior, fundamentalmente en países como Alemania, Reino Unido y Estados Unidos.

En tan sólo dos años, de 2004 a 2006, las ventas totales al exterior se han incrementado en un 20 por ciento, rondando los 2 millones de euros en 2006. Con estos datos, no es de extrañar que la Consejería reconozca que, en poco más de una década, los vinos de Madrid han pasado de ser a granel a tener una denominación joven, distinta y de calidad. Además, la calidad de las añadas ha mejorado en los últimos años y, por primera vez, en el 2001, la D.O. Vinos de Madrid consiguió una cosecha calificada de excelente. La de 2006 tampoco se quedó atrás con una merecida calificación de Muy buena.

VINOS DE JEREZ EN PANTALLA

El productor de cine Antonio Saura prepara un gran película documental sobre los Vinos de Jerez y la Manzanilla

 

Un equipo de profesionales de la industria del cine y la televisión, capitaneados por el propio Antonio Saura, hijo del prestigioso director Carlos Saura, acudía días antes de las navidades a Jerez para buscar localizaciones y entrevistar a personajes representativos del Marco de Jerez. La película, que no persigue la polémica ni abordar el Jerez desde un punto de vista nostálgico, se presentaría en festivales internacionales de cine y podría verse en canales temáticas de televisión.

 

Los Vinos de Jerez y la Manzanilla serán los protagonistas de una película documental que proyecta producir Antonio Saura, hijo del prestigioso director Carlos Saura. Un equipo de profesionales de la industria del cine y la televisión, capitaneados por el propio Saura, acudió días atrás a Jerez para realizar una visita de preparación como fase previa a los trabajos de rodaje.

Los miembros de la productora Zebra Producciones se han entrevistado con una serie de personalidades muy relevantes y significativas en el Marco de Jerez: desde consejeros delegados de compañías bodegueras hasta capataces de viñas y bodegas, pasando por históricos del sector, que les han ofrecido una visión general que les servirá para dar forma al guión y la estructura del proyecto. La visita, en la que pudieron conocer diversas bodegas y viñedos de nuestras Denominaciones de Origen, sirvió además para realizar una búsqueda y selección de localizaciones para el documental. Con esta primera inmersión en el Marco de Jerez, el equipo de Antonio Saura elaborará el diseño definitivo del proyecto al objeto de buscar los medios necesarios, tanto económicos como técnicos, para iniciar la realización durante el año 2008.

Esta película documental se concibe desde un punto de vista totalmente cinematográfico. Rodada en alta calidad, tendrá una duración aproximada de una hora y media, y podría presentarse en festivales internacionales de cine. En todo caso, el proyecto se concibe como una obra audiovisual de altura para su exhibición en salas cinematográficas, canales temáticos y cadenas de televisión nacionales e internacionales, según se ha informado desde Consejo Regulador de los Vinos de Jerez a DIARIO Bahía de Cádiz.

No es la primera vez que los componentes de esta expedición "de cine" acuden a Jerez. Todos ellos, empezando por Antonio Saura, son conocedores y amantes de los Vinos de Jerez, y consideran que una película documental de estas características podría relanzar la imagen de nuestros vinos tanto en España como en los mercados exteriores.

Esta obra no persigue la polémica ni abordar el Jerez desde un punto de vista nostálgico. Simplemente busca reflejar la situación del Jerez desde los más variados puntos de vista, hablando con personajes diversos sobre su pasado, presente y futuro, destacando en definitiva la singularidad de unos vinos únicos en el mundo, que sólo pueden elaborarse en un territorio geográfico muy específico y delimitado.

Con esta película, de salir adelante, el vino de Jerez volvería a saltar a la gran pantalla, poniendo de manifiesto el auge que todo lo relacionado con la cultura vinícola está gozando tanto en el cine como en la literatura más consumida (la reciente "La Bodega", del norteamericano Noah Gordon). Si las películas "Entre copas", "Un paseo por la nubes" y más recientemente "Un buen año" reflejan el momento más alto de la pasión mundial por el vino, el documental "Mondovino" puso frente a frente dos conceptos radicalmente opuestos de entender el vino, y en definitiva el mundo: la elaboración de vinos cada vez más homogéneos y sencillos para amplios segmentos de consumidores (Napa Valley); frente a la reivindicación del "terroir" o terruño, los vinos de pago que sólo pueden elaborarse en un determinado lugar que disfrutan selectos grupos de consumidores (Francia).

LOS VINOS DEL PRIORATO

España: la calidad indiscutida de los vinos del Priorato

La región de Cataluña, situada en el Noreste de España, comprende nueve Denominaciones de Origen. Además de la producción de Cava, a la cual nos hemos referido en otra columna, el área es actualmente reconocida por la producción de "vinos tranquilos" (sin gas) y, además, porque probablemente es la zona de España donde actualmente se efectúa mayor experimentación e introducción de nuevas variedades.

Entre todas las DO hay dos que sobresalen particularmente, tanto por el volumen de producción como por la calidad de los vinos: la DO Penedés y la DO Priorato. Hoy nos referiremos a la última, dejando la primera para otra columna.

El Priorato (llamado en catalán Priorat) es una pequeña y singular área vinícola de negras colinas en las que desde hace ocho siglos se elabora un intenso y profundo vino tinto reconocido por su calidad. Está situada en la parte central de la provincia de Tarragona, en una depresión originada por el desdoblamiento de la Sierra del Montsant en su parte meridional. El cultivo de la viña parece remontarse al siglo XII, cuando los monjes de la Cartuja de Scala Dei, monasterio fundado en 1163, introdujeron este arte en la comarca. Como dato curioso, la leyenda cuenta que el monasterio recibe su nombre de un sueño que tuvo un pastor en el que veía en este lugar una escalera que llevaba hasta Dios. La sumisión de los pueblos cercanos al dominio feudal de la abadía, la mejora de los cultivos y el cuidado proceso de elaboración hicieron que rápidamente el producto cobrara fama con el nombre de Vino del Priorato. Dicho cultivo continuó durante siglos en manos de los monjes, hasta que el estado expropió los viñedos en 1835, quedando entonces en manos de los aldeanos. A finales del siglo XIX, la filoxera hizo grandes estragos en los viñedos, cuyos terrenos fueron replantados además de con viñas, con almendros, avellanos y olivos.

Fue recién en el siglo XX, en la década de los 50, cuando comenzó la replantación de la vid con el objetivo de volver a conseguir el vino de calidad de antaño.

La calidad de las uvas cultivadas en el Priorato se ve determinada en gran parte por las características geológicas del terreno. Es una zona de origen volcánico: su base, llamada localmente "llicorella", está compuesta de pizarra rojiza y negra con pequeñas partículas de mica, que hace que el sol se refleje y conserve el calor. La superficie, de unos 50 cm. de espesor, está formada por pizarra descompuesta y mica. Estas características peculiares obligan a las raíces de las vides a alcanzar la base en busca de agua de lluvia, sustancias nutritivas y minerales.

Otro factor importante es el clima. A pesar de que el Priorato es una zona pequeña de cultivo (19.783 has, de las cuales aproximadamente 1.600 tienen vides), en ella se concentran varios microclimas muy diferentes. Sin embargo, todos ellos comparten como características valores elevados de insolación, clima seco y pluviometría estival escasa, creando las condiciones adecuadas para una sobremaduración de las uvas, con un elevado contenido de azúcares, y la posibilidad de extender el período de cosecha para obtener vinos de "cosecha tardía", los cuales superan con facilidad los 15º y han determinado que, durante muchos años, los vinos del Priorato han sido sinónimo natural de grado, fuerza y color, usados mucho para reforzar otros vinos débiles y para su traslado y venta a granel.

Sin embargo, a principios de los 90, cuando la demanda de este tipo de vinos empezó a caer y creció el gusto por los vinos embotellados, más frescos y ágiles, el panorama vitivinícola de la zona hubo de cambiar, impulsado principalmente por la llegada de unos jóvenes vitivinicultores que revitalizaron el viñedo, aplicaron modernas técnicas de cultivo y vinificación, y elaboraron un marketing audaz en la comercialización de unos vinos renovados, conocidos como "los nuevos prioratos".

Estos cuatro jóvenes (Álvaro Palacios, René Barbier, José Luis Pérez y Carlos Pastrana), recuperaron algunos viñedos centenarios de garnacha, plantaron nuevos viñedos de cabernet sauvignon, merlot y syrah y empezaron a elaborar vinos con una personalidad marcada, concentrados y fuertemente estructurados. Así nacieron los "nuevos Prioratos", con un denominador común: los "clos". Los cuatro originales recibieron los nombres de Mogador, Dolí, L´Obac y Martinet. Hoy esta lista es bastante más larga, pero casi todos se basan en el concepto de los vinos de "alta expresión", sus producciones son escasas y se cotizan a precios muy altos.

La mayoría de los vinos producidos en la región son tintos, y tienen como base las cepas garnacha y cariñena, que les aportan el color púrpura sombrío y profundo, mientras que la adición de cabernet y syrah contribuye a dar el matiz suntuoso. En nariz, sus aromas se identifican con las frutas rojas, el pimiento verde cuando tienen cabernet poco maduro, las hierbas aromáticas y, en los vinos más maduros, descriptores como el café, cacao y especias.

Como mencionamos, la potencia en boca es su principal característica, por lo que pueden resultar poco agradables cuando se comercializan demasiado jóvenes: por regla general, los tintos más corpulentos requieren un mínimo de cinco años desde su cosecha para que sus taninos, poderosos y astringentes, se domestiquen y el vino adquiera suavidad y finura. De acuerdo con la legislación española, los vinos vendidos como Crianza deben pasar seis meses en los barriles de roble y dieciocho meses en botella; los Reservas un año en los barriles y dos embotellados; y, por último, los Gran Reservas, dos en barriles de roble y tres en la botella. Sin embargo, en la actualidad son muy pocas las bodegas que se rigen por esta clasificación, ya que la mayoría de los vinos se envejecen durante unos 18 meses en barricas nuevas de roble, de preferencia francés, guardados en botella durante unos 4-6 meses, y seguidamente colocados en el circuito comercial. Se los conoce como vinos de guarda ya que estarán en su momento ideal de consumo unos dos años más tarde.

Los blancos clásicos, mucho más escasos, se elaboran con las variedades garnacha blanca, macabeo y pedro ximénez. Son abiertamente dorados desde su primera juventud, y poseen aromas de frutas amarillas y maduras, con notas de hierba, manzanilla y flores. En boca son untuosos y frescos, con un paladar lleno de matices frutales y florales. Los fermentados en barricas de roble añaden las notas tostadas, de humo y vainilla.

Como último dato queremos comentar que las dos últimas añadas a la venta (2004 y 2005) han sido calificadas como excelentes, mientras que las dos anteriores (2002 y 2003), como buena y muy buena respectivamente. Para un listado completo de las bodegas y vinos de esta DO, remitirse a www.doqpriorat.org.

Por Susana Martínez Castro/ Turismo 530
susana@turismo530.com

VIRGINIA

Productores de vino europeos logran cumplir sueño de Thomas Jefferson

STAFFORD, EEUU, Nov 2007 (AFP) - Thomas Jefferson, el tercer presidente de Estados Unidos, fue un hombre de muchos logros: arquitecto, embajador, autor de la Declaración de Independencia. Pero un título le fue esquivo: productor de vino.

Más de 200 años después, Marilyn Lasserre, una vinicultora de 31 años de Dax, en la región francesa de Bordeaux, está ayudando a convertir en realidad el sueño de Jefferson y colocar su estado natal de Virginia en el mapa de la vinicultura mundial.

Jefferson (1743-1826) fue la principal autoridad en vinos de Estados Unidos en su época, tras ganar gran parte de sus conocimientos en sus cuatro años como embajador en Francia del recién creado Estados Unidos.

Renombrado horticultor, Jefferson fracasó, sin embargo, en sus numerosos intentos para cultivar uvas y producir vino en su amada finca Monticello, en Virginia.

En 1774, Jefferson hizo que un productor italiano, Philip Mazzei, plantara uvas de Virginia y esquejes de vino de Europa en Monticello. Pero fueron aniquiladas por una inesperada helada en mayo. Intentos posteriores de cultivar uvas también terminaron en desastres.

"La vid es la madre de la miseria", escribió Jefferson en una carta de 1787 a su profesor de leyes y mentor en vinos George Wythe.

Ahora, Lasserre está siguiendo los pasos de Mazzei y los de otros productores europeos que han cruzado el Atlántico y ayudado a estimular el fuerte crecimiento reciente de la industria vinícola de Virginia.

Gabriele Rausse, una destacada productora de vinos italiana, ha tenido éxito donde fracasó Jefferson, y ha estado produciendo vino de calidad durante años en Monticello, como parte de un esfuerzo por restaurar los viñedos en la finca del ex presidente.

Virginia tal vez no sea conocida internacionalmente por sus vinos, pero se ubica quinto en términos de cantidad de bodegas en Estados Unidos, detrás de California, Oregon, Washington y Nueva York.

Hay más de 120 bodegas en Virginia, contra apenas seis en 1979, y más de 250 viñedos. California, en tanto, tiene casi 2.000 bodegas.

Lasserre, que ha trabajado en viñedos en Australia, Sudáfrica y España, además de su Francia natal, está cultivando uvas y fabricando vino en la bodega Potomac Point de Stafford, 65 km al sur de Washington.

Cindi Causey, dueña de la bodega Potomac Point con su esposo Skip, le agradece a Jefferson.

"El fue uno de nuestros padres fundadores en materia de uvas", indicó. Lasserre cree que anteriores esfuerzos por fabricar buen vino en Virginia se vieron afectados por pobres elecciones en la variedad de las uvas.

"Para mejorar la calidad del vino hay que adaptar las uvas a la región", indicó. "Si los vinos de Virginia no son tan conocidos como los de California es porque se plantan las variedades equivocadas en los lugares equivocados".

"Por ejemplo, todavía se encuentra mucho Cabernet Sauvignon aquí, que en mi opinión no es adecuado con la región porque es una uva de cosecha tardía que no puede madurar antes que la temperatura baje al final del verano", explicó.

Potomac Point, que embotelló su primer vino en 2006, está usando uvas de otros viñedos de Virginia mientras madura su propia cosecha de uvas Cabernet Franc, Merlot, Petit Manseng y Viognier.

"Virginia es capaz de producir buen vino en condiciones que no son obvias inmediatamente debido al clima", indicó Lasserre.

"Los mayores problemas aquí son la humedad -temperaturas que son demasiado cálidas en verano y demasiado frías en primavera- y distintos tipos de insectos y animales", añadió.

No obstante, Lasserre está convencida que puede superar los desafíos que derrotaron a Jefferson y ayudar a que la predicción del ex presidente se vuelva realidad.

"Podríamos, en Estados Unidos, fabricar una variedad de vinos tan grande como en Europa, no exactamente de los mismos tipos, pero indudablemente igual de buenos", escribió el entonces presidente Jefferson en una carta de 1808 a un amigo francés.

VENDIMIA EN LA RIOJA

Por: Sonsoles Moralejo , Madrid
e-mail:noticias@antena3tv.es

En La Rioja son días de actividad frenética. La vendimia se realiza con el máximo cuidado y la selección de la uva. Este año, la recolección se ha retrasado aunque se espera una excelente calidad en los vinos.

Entre Álava y La Rioja, el río Ebro riega una zona cubierta por viñedos. En la Rioja Alavesa estos días la actividad, se mire desde donde se mire, no cesa. "Hay que cortar de la parte de arriba, del rabo", comenta un recolector.

El Ciego, un pueblo de mil habitantes, consta una iglesia y catedral diseñada por el arquitecto Frank Gehry y dedicada al vino. Aquí raro es quien no tiene bodega familiar. En la suya, los ocho hermanos Larrea trabajan con su padre en todo el proceso.

En la bodega de los hermanos Eguren, el grano se selecciona uno a uno, uva a uva para lograr ese caldo al que la lista Párker, algo así como la lista Forbes pero de los vinos, ha dado un 98 plus.

Descendemos al calado, 2.500 metros cuadrados de laberinto en roca. Aquí el vino envejece a once grados de temperatura constante y 85% de humedad. Condiciones perfectas para que envejezca el vino en unas barricas que ya no siempre se hacen en braseros. El TRH, o lo que es lo mismo, las barricas a la carta que se consiguen controlando la temperatura, son lo último.

Su vino, Miguel Ángel de Gregorio, uno de los enólogos más valorados del país, lo diseña en función de cada hectárea de tierra. Es un concepto antiguo, el de vinos de pago, el que defiende que cada caldo sea único y singular.

COGNAC, CIUDAD DE MIL AROMAS

Por: Fausto Triana - serviex@prensa-latina.cu

Cognac, Francia (PL).- Luego de un baño de vinos y patrimonios de la humanidad en la famosa ciudad de Bordeaux, el camino de regreso a París comienza a mostrar un cartel especialmente tentador: Cognac, ligero desvío dentro de la geografía francesa. Son 200 kilómetros al norte de Bordeaux y ya dentro de la región de Poitou-Charentes que dirige la ex candidata presidencial socialista Ségoléne Royal, Cognac se extiende alrededor de la cuenca del río Charente.

 

La carretera se estrecha y permite ver con más precisión los viñedos repletos y la febril actividad de diseño y producción de enormes toneles en almacenes gigantes. De hecho, estamos en una de las rutas de peregrinación del camino de Santiago. Aunque la pintoresca ciudad se ubica en el margen izquierdo del río, también sobresale el ala derecha que es más bien una de las inspiradoras de los libros del brasileño Paulo Coelho en el trayecto francés hacia Santiago de Compostela.

Situada entre las ciudades de Angouléme y Saintes, a la sombra del castillo donde nació Francisco I, la primera impresión que revela Cognac es la de un paraíso de alambiques muy refinados y cultos, rendidos ante la prestigiosa bebida. Es una pequeña urbe de cerca de 20 mil habitantes, con estrechas calles adoquinadas, casas con piezas de madera exterior, jardines y museos, la mayoría de ellos concentrados en la historia del emblema de localidad: el coñac.

Dos paseos por sus principales calles conducen irremediablemente y de forma reiterativa a los "cuarteles generales" de nombres sin dudas asociados al deleite final de una buena mesa: Remy Martin, Martell, Hennesy... El castillo de Valois, un importante centro comercial medieval, la Iglesia de Saint-Léger, el museo de Arte y de Historia, la casa Saint-Gobain, de trabajos de vidrio y barriles o cubas, y diversas iglesias románicas y castillos, son atracciones de Cognac.

Empero toda su notable belleza sucumbe ante el reconocimiento mundial a su denominación de origen más prestigiosa: los brandy con el sello de un nombre irremplazable en el mundo, coñac, el más universal de los aguardientes del vino. De ahí la existencia de un lugar de visita ineludible, el Musée des Arts du Cognac (Museo de las artes del coñac), rodeado de las bodegas, asimismo finamente presentadas, de Martell, Hennesy, Martin y Otard.

 

HISTORIA - La historia del coñac data del siglo III, cuando los romanos enseñaron a los naturales de la región el cultivo de la vid, amén de otros beneficios como la extracción de la sal del mar. Estos dos productos, junto con el trigo, eran la base económica de la región, y holandeses, ingleses y noruegos, los dueños de la navegación marítima en la Edad Media, sus compradores y distribuidores por todo el mundo conocido en aquellos tiempos.

Después de un largo proceso, en el cual destacan los intentos de destilación de un vino que soportara los largos viajes de guerreros y comerciantes, es que aparece la forma a priori del brandy bautizado como coñac por su especialidad. Sin embargo, sus antecedentes más precisos se remontan al siglo XVIII, cuando los viticultores reservaron su aguardiente joven en barricas de roble durante unos cuantos años por las pocas ventas.

Al momento de verificar el estado de su aguardiente, encontraron que había tomado un bello color dorado y que su viveza y ardor se habían matizado considerablemente, haciéndose sumamente agradables al paladar y llenos de aroma. El nivel alcanzado, que pasó por severas crisis debido a plagas destructoras, se consolidó gracias a la composición del suelo y el clima de las viníferas cultivadas. La zona de Charente tiene temperaturas de influencias atlánticas que atemperan el frío.

La destilación de los vinos de Charente se realiza en el alambique tradicional de una capacidad máxima de 30 hectolitros y por el procedimiento charentes de Broullis y repasse, es decir dos veces. Esta forma fue ejecutada en el siglo XVII por Croix Marron, que destiló una segunda vez el líquido obtenido del primer procesamiento, para dar a luz al auténtico coñac.

COGNAC - En Cognac coinciden de manera afortunada varias características geográficas. Sobre el terreno calcáreo crecen 95 mil hectáreas de viñas que producen los vinos secos y ligeramente ácidos, los cuales darán el coñac. La región está dividida en seis zonas vitícolas, con mayor renombre en Grande Champagne y Petite Champagne, con una calidad especial de los suelos que favorecen la calidad de la bebida.

Siguen las 10 comunas en Borderies, Fins Bois, Bons Bois y Bois Ordinaires, donde se concentra prácticamente toda la producción de coñac de Francia. Aunque la magia gala se apodera del "bouquet" de las grandes bebidas, en el caso de este licor de dioses hay un marcado sello irlandés y británico en su historial.

Concretamente está el caso del irlandés Richard Hennesy, quien se trasladó a Cognac en 1765 y estableció aquí su emporio de brandy altamente conocido en el mundo. Lo mismo ocurrió con la dinastía británica Martell, que llegó incluso antes a la zona. De todos ellos y no pocos artesanos de la región, surgieron las más de 90 formas de botellas de coñac. La clásica es la "cognacaise", alta, delgada, de vidrio claro y transparente.

Para los franceses un buen coñac siempre está asociado a una excelente cena, en tanto los ingleses lo aprecian como elemento estrechamente vinculado con el hábito de fumar, un habano o una pipa. España, tal vez paraíso mundial del deleite de comer, mantiene la línea gala pero con sus muy buenos brandys.

Según los expertos, se bebe en una copa recta en forma de tulipán, ligeramente ensanchada en la base. Se olfatea y se hace girar para permitir el contacto con el aire. Por último, sorbos cortos, calentando siempre la copa con las manos. *Corresponsal de Prensa Latina en Francia.

LOS VINOS DE SITGES

Por: Tere Gallimó. La Agencia de Promoción Turisme de Sitges, con el objetivo de dar a conocer la riqueza vinícola de la zona, reúne en el Paseo de la Ribera (Fragata) a los elaboradores de vino Malvasia de Sitges, Asociación de Viticultores del Macizo del Garraf y Bodegas Torres.

 

En esta 1ª Muestra de Vinos de la Vendimia de Sitges, los visitantes tendrán la oportunidad de probar la malvasia de Sitges, un vino dulce de vendimia más tardía elaborado con la variedad de uva Malvasia; los vinos de los viticultores del Garraf que disfrutan de una situación climática y geográfica que les permite elaborar vinos únicos de alta calidad, con las variedades de uva más tradicionales como son la malvasia de Sitges, xarello, moscatel, garnacha blanca y macabeo para los blancos; y garnacha, sumoll, monastrell i samsó para los tintos y también los vinos de Bodegas Torres, empresa de reconocimiento mundial. La I Muestra de Vinos de la Vendimia de Sitges es una cita imprescindible para los amantes del vino que tienen interés en conocer y probar los vinos de la zona del Garraf.


 

Sitges es una población española de la provincia de Barcelona en la comunidad de Cataluña. Sitges se ha consolidado como uno de los principales destinos de turismo, tanto a nivel europeo como mundial, y es reconocido por su oferta global y singular microclima, playas, noche, cultura, festivales, gastronomía, comercio, ocio, tradición y, sobretodo, por la calidad y excelencia de sus servicios.

VINOS DE MALAGA - ESPAÑA

El vino de Málaga se reinventa para conquistar menús y mercados - Las bodegas malagueñas se lanzan el segmento de blancos, tintos y rosados para complementar a los centenarios dulces y acceder al gran público y a las cartas de los restaurantes - Por: josé vicente rodríguez. Málaga.

Los vinos de Málaga han emprendido un ambicioso proceso de diversificación para sacudirse la tradicional etiqueta de vinos de aperitivo o de feria y entrar a competir con los Rioja o los Ribera del Duero en las cartas de los restaurantes y acompañar sin complejos a las carnes y pescados.

Los alrededor de casi tres millones de litros que anualmente produce el sector vinícola de Málaga calificado bajo denominación de origen sigue dominado por los vinos dulces y secos elaborados con las variedades Moscatel y Pedro Ximen, aunque en los últimos años han cobrando protagonismo los tintos y blancos hechos con Lairen, Tempranillo o Coupage. La denominación `Málaga´ (la más tradicional) sigue concentrando casi el 75% de la producción, pero `Sierras de Málaga´, que engloban a estos nuevos caldos (sobre todo de Ronda) gana enteros por años.

El secretario del Consejo Regulador de los Vinos `Málaga´ y `Sierras de Málaga, José Manuel Moreno, reconoce la necesidad de ampliar la variedad de caldos para competir de tú a tú en el negocio de la hostelería, que es el que actualmente mueve la mayoría del negocio. Con una facturación cercana de entre 15 y los 30 millones de euros anuales (según la bonanza de la cosecha), Málaga y sus vinos quieren conquistar nuevos paladares, aunque sin perder las señas de identidad que los han hecho tan apreciados en Francia, Alemania o Inglaterra, que compran casi un tercio de la producción.

Salidas en el mercado. "Tenemos que adaptarnos a los gustos del público sin perder nuestras señas de identidad. Málaga puede y debe seguir haciendo los mejores vinos dulces del mercado, pero también blancos, rosados y tintos. No queremos hacer un rioja, porque para eso están ellos, pero sí un gran tinto con personalidad de Málaga", afirman los bodegueros. "La clave es la diversificación para estar en todas las cartas de los restaurantes, desde los entrantes hasta los postres, y poco a poco lo estamos consiguiendo. Ya estamos haciendo tintos que no tienen nada que envidiar a un rioja", afirma José Antonio Peña, director comercial de la poderosa bodega Málaga Virgen (la antigua López Hermanos), que concentra el 75% de la producción de vino en Málaga.

Elaboradora del famosísimo Cartojal (de la que se han vendido 100.000 litros en esta pasada Feria) y máximo representante de los vinos dulces de Málaga, la bodega ha sacado al mercado con gran éxito en los últimos años un tinto, el Pernales, y un rosado, el Barón de Rivero, que se han agotado con ventas anuales de 1.200 y 400 cajas respectivamente. Peña cita además como otra clave recuperar el mercado de los jóvenes, que en los últimos años se han pasado mayoritariamente a la cerveza, al whisky o al ron de la mano de la movida nocturna. El binomio cocina-vino de Málaga en la carta de los bares y restaurantes es uno de los caminos.

En Ronda, los viticultores de la Serranía han apostado claramente por producir vinos tintos, ya que según explica uno de los responsables de este colectivo, Manuel María López, "tiene mejor salida tanto en el mercado nacional como en el extranjero". Además, las características de la tierra rondeña son más favorables por su composición y clima a esta modalidad de vinos. Diferentes productores están introduciendo sus caldos en los mercados europeos de Inglaterra, Suiza y Alemania e incluso algunos han llegado a vender botellas en los Estados Unidos. Los precios de los vinos oscilan entre los 6 y 20 euros.

La docena de bodegas de vino que ya funcionan en la comarca está lanzando al mercado a los pocos años de haber iniciado su actividad cerca de 500.000 botellas. El objetivo que se han marcado es el de producir un millón de botellas a medio plazo en las 160 hectáreas de viñedo de la Serranía.

Botellas de diseño. El ganador del prestigioso Premio Nacional Nariz de Oro 2007 y propietario de las tiendas Trujal Vinos en Málaga, Antonio Jesús Gutiérrez Blanco, destaca en este contexto de diversificación a viticultores como José Ávila, viticultor y propietario de la bodega Almijara de Competa que, con sus vinos Jarel, es pionero en la revolución de los Naturalmente Dulces malagueños, luchando por situar a los viñedos de su ciudad entre los más representativos del mundo. "La Axarquía tiene una orografía y un suelo pizarroso que la hacen acreedora de estar entre las tres o cuatro zonas vitivinícolas más personales del mundo, junto Oporto, Alsacia, Tokaji", afirma Gutiérrez Blanco que cita como gran novedad de este año las 200 botellas elaboradas por Almijara de un naturalmente dulce tinto de romé. Otra iniciativa de gran calado en Málaga es la del alemán Federico Schatz en Ronda, pionero que lleva 25 años sacando vinos ecológicos y biodinámicos en blanco rosado y tinto en las tres hectáreas de su jardín de viñas. Juan Manuel Vetas de bodegas Vetas en Arriate, José María los Santos en Ronda con sus Chinchillas tintos de su bodega Doña Felisa, García Ordóñez en Antequera con su tinto Torques o Paco Suárez en las Bodegas Quitapenas, elaborando el primer vino tinto de crianza con un toque de Romé son otros exponentes de esta tendencia.

Pero las novedades no llegan sólo a la variedad de los vinos sino también a su presentación. Así lo entiende la bodega Málaga Virgen, que ha lanzado unas originales botellas de cuello muy estilizado para resultar más atractivas para el comprador. Porque el objetivo ahora es recuperar presencia en el mercado ruso de Europa del Este -donde los vinos de Málaga desde que a la zarina Catalina la Grande, en el siglo XVIII importara vino dulce elaborado a partir de las vides moscateles de la Axarquía- y en el gigante chino. Nuevos mercados para unos vinos renovados pero fieles a la tradición.