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ENOLOGIA

38 GRANDES VINOS

EL TOKAY

 

La región de Tokay, situada a pocos kilómetros de las fronteras con Eslovaquia y Ucrania y que se extiende por 5.000 hectáreas sobre laderas orientadas en su mayor parte hacia el sur, produce desde la segunda mitad del siglo XVI el vino del mismo nombre y que es sinónimo de calidad y de "leyenda": el Tokay, explica en una interesante nota el periodista Alberto Coronado.  

Un gran desconocido fuera de sus fronteras hasta bien entrado el siglo XX. Primero con la caída del Imperio Austro-húngaro en 1918 y, después, con la llegada del comunismo en 1949, apenas se encontraban en los mercados de Europa occidental. Los fabulosos viñedos de Tokay habían sido estatizados y, aún siendo excelentes, los vinos perdieron parte de su identidad y la calidad general de los mismos se resintió considerablemente. Hasta que en marzo de 1995 se crea la Unión de Grandes Crus de Tokay, bautizada como TOKAY REINAISSANCE, integrada por bodegas de prestigio mundial como Oremus, Dizsnoko, Hetszolo, Royal Tokay o Chateau Pajzos.

El objetivo: elaborar y rescatar el auténtico y legendario vino de Tokay de la desaparición y la desidia. Estas bodegas adquirieron en su mayor parte los viñedos tras la desaparición del comunismo, hace una década, y comenzaron a elaborar el Nuevo Tokay eliminando los errores de las rutinas de la tradición y apostaron por la tecnología y la modernización de las bodegas.  

El Tokay fue el primer vino, del que se tiene noticia, elaborado a partir de las uvas atacadas por la "podredumbre noble" o botrytis dos siglos antes que en Sauternes. Las guerras contra los turcos provocaron el retraso de las vendimias hasta finales de octubre con lo que las condiciones climáticas favorecieron la aparición de la botrytis. La conjunción del sol y la humedad forman un microclima en el que aparecen brumas por el calentamiento del suelo y la proximidad de ríos que atacan la vid.

El hongo penetra en la uva, secándola y concentrando los azúcares. De las tres variedades que se cultivan mayoritariamente en Tokay, cerca del 70% de los viñedos son de la variedad Furmint, de maduración tardía y piel delgada, muy susceptible a ser atacada por la botrytis. Otro 25% es la Harslevelu, muy rica en azúcar y aromas. El resto es Muscat blanc.  

Los vinos que se producen, dulces en su mayoría, se caracterizan por su considerable graduación alcohólica (oscilan entre los 11º y los 15º), muy glicéricos, intensos y de aromas muy complejos: miel, membrillo, cáscara de naranja, flor de acacia y plantas aromáticas. Eso sí, con un perfecto equilibrio entre la acidez y el dulzor, aportando equilibrio y frescura al vino.   Los otros vinos que se elaboran en la región Tokay son: Tokay furmint, Tokay Hárslevelü y Tokay Szamorodni. (El Diario de Cuyo, Argentina)

GRANDES VINOS TACAMA

 

Lima, mar (peruinforma.com).- Los vinos Gran Tinto y Selección Especial de Tacama lograron situarse entre los 100 mejores vinos de la Sociedad de Alcoholes de Québec (SAQ), Canadá, la corporación estatal responsable del comercio de bebidas alcohólicas en Québec, que se encarga tanto de regular la venta de éstas bebidas como de generar conciencia sobre el consumo responsable de alcohol y el cuidado del medio ambiente en sus 450 filiales que operan en la provincia de Québec.

En el año 2007, el producto vino Gran Tinto obtuvo la mejor ubicación al situarse en el puesto 19, logrando un crecimiento del 528.84 % en ventas en la última recta del año, ya que tras el primer semestre estaba en el lugar 35.

Mientras tanto, el vino Selección Especial ocupó la casilla 27 -a mitad de 2007 andaba por el lugar 52- y experimentó un aumento del 735.76 % en ventas.

Los productos del Perú lograron esta honorable distinción en la exigente categoría de vinos tinto en apenas un año de haber ingresado al mercado canadiense del SAQ, previo riguroso proceso de selección, superando incluso a vinos de países como Nueva Zelanda, Uruguay, México, Líbano, Grecia, entre otros países de Europa del Este, Asia menor y algunas naciones del norte de África.

EL CHAMPAGNE MAS CARO DEL MUNDO

 

PARÍS (AFP) - La empresa Pernod-Ricard lanzará el próximo jueves el champán más caro del mundo, un Perrier-Jouet vendido por cajas de doce botellas a 50.000 euros (77.000 dólares), signo del éxito creciente que cosechan estas burbujas de lujo en el mercado internacional.

La botella, de 75 cl, sale pues a 4.166 euros (unos 6.420 dólares) y supera el récord precedente de una serie limitada de 10 Jeroboamas de Dom Perignon (grupo LVMH), que se vendieron a 4.000 euros el litro (unos 6.160 dólares) durante el Festival de Cine de Cannes de 2005.

"Vamos a vender estas cajas a 100 personas en el mundo para que puedan confeccionar ellas mismas su propio champán, el último lujo", explicó a la AFP Olivier Cavil, director de comunicación de Perrier-Jouet. Esta serie especial, destinada a una "comunidad de super-ricos", se distribuirá únicamente en siete países: Estados Unidos, Gran Bretaña, Japón, China, Rusia, Suiza y Francia, a razón de una quincena de cajas por país.

"Todos los compradores vendrán a Epernay (este de Francia) para reunirse directamente con nuestro jefe de bodega, Hervé Deschamps", explica Cavil. De esta forma podrán añadir por sí mismos el 'licor' (azúcar y vinos de diferentes años) de su gusto y personalizar así las botellas de blanco de la cosecha Belle Epoque, de 2000. Además de estampar su firma en la etiqueta, el cliente podrá almacenar su pedido en las cavas de Perrier-Jouet, donde las botellas serán conservadas durante ocho meses.

Algunas celebridades podrán beneficiarse de forma gratuita o a precio reducido de esta cosecha bautizada 'By and For', entre ellas la actriz española Victoria Abril o la cantante Marianne Faithfull.

Pernod-Ricard, segundo grupo mundial en vinos y licores, regresó en 2005 al sector del champán al pasar a controlar las marcas Mumm y Perrier-Jouet tras adquirir la británica Allied Domecq. Ocupa la cuarta plaza en este mercado mundial floreciente, con 338,7 millones de botellas vendidas en 2007, es decir, un alza del 7,3% respecto a 2006.

LOS VINOS DE LA LUNA

Sus vinos son de alta expresión y no se encuentran en los lineales de supermercados; sólo en tiendas especializadas, tipo gourmet y delicatessen, y en restaurantes de cierto nivel. Son 'Ladrón de Lunas' y 'Luna de Catay', dos productos que son el resultado del saber hacer y de la pasión por la excelencia de su autor, Fernando Martínez Relanzón, y que destilan de alguna forma un ilusionado influjo de lunas. Porque las referencias al astro en estas marcas no son casuales. Esta es su historia.

Fernando Martínez es hijo y nieto de enólogos y bodegueros, representa la quinta generación de su familia en el negocio del vino, pero, en su caso, un negocio que no sólo es eso, sino un modo de vida. Lo suyo no es hacer hectólitros y hectólitros, sumar muchos kilos de uva y llevar muchas hectáreas. Lo suyo es la pasión por la viña y por el vino, conseguir lo mejor dominando todos los pasos. Y en ello está.

Por su apego secular a las viñas de la familia, en Utiel-Requena, se hizo Fernando ingeniero agrónomo, y por esa estrecha relación con el mundo de la uva y del vino se hizo después enólogo, porque sólo elaborando buenos vinos con la uva propia se pueden buscar mejores rendimientos para asegurar la continuidad de las viñas y la permanencia de un apasionado modo de vida. Su padre, Fernando Martínez Roda, y su tío Félix, grandes expertos en la materia, le han ayudado mucho, y Fernando recuerda ahora con especial fervor a su abuelo, Francisco Martínez Bermell, recientemente fallecido, y de quien guarda valiosísimas enseñanzas, personales y profesionales. El le inculcó siempre la obsesión por el trabajo bien hecho, por la búsqueda del mejor vino, y le insistía en que una de las principales bases para elaborar bien consistía en "limpieza, limpieza y limpieza".

Su filosofía enológica consiste precisamente en eso: tender a la excelencia. Así se metió un día en la aventura de vinificar la escasa uva de una viña viejísima de la variedad Bobal, autóctona de Utiel-Requena, que sólo tenía medio kilo por cepa y estaba prácticamente abandonada, hasta el punto de que no se iba a vendimiar. El resultado, cuatro barricas tan sólo, es tantísima calidad "que todos los entendidos, cuando lo prueban, me dicen que no puede ser Bobal, que parece un gran Merlot. Es decir, que la uva Bobal, de cepas viejas y bien trabajada, tiene enormes posibilidades por explotar".

En la finca Casa Costa, junto a la Rambla de Estenas, que divide los términos de Utiel y Requena, tiene una de sus bases de actuación, con parcelas de Tempranillo y Cabernet que forman una especie de herradura, casi una media luna. De eso deriva en parte que el vino elaborado allí lleve la marca 'Luna de Catay', donde Catay surge de la combinación de los apellidos de su socio, Nacho Carbonell Tatay.

Pero la influencia lunar en estas marcas y en el concepto de estos vinos no es sólamente figurativa. Es que las uvas se vendimian sólo en horas sin sol, cuando hay luna visible, porque tanto en Casa Costa como en la otra finca, en la Bodega San José, en La Portera, Fernando asegura que "casi siempre que vendimiamos hay luna, y como cogemos la uva sólo de noche o de buena mañana, antes de que salga el sol, la luna es bien visible sobre nosotros, hasta el punto de que parece que le estemos robando los granos". De ahí deriva su otra marca: 'Ladrón de Lunas', "porque es un gran vino cuya materia prima parece que se lo hayamos arrebatado al astro que domina sobre las cepas".

Lo mágico es imprescindible junto a la más depurada técnica, y Fernando combina ambas cosas. Elaboración artesanal, máximo mimo con la uva, en la viña y en la elaboración, prensado manual, combinación de acero inoxidable y depósitos de cemento, trasiegos por gravedad, sin forzar bombeos, etc. El vino no se fuerza, se le deja que saque de forma natural sus mágicos encantos. Las barricas nuevas son para el Garnacha, las de algunos años, para las demás variedades. Allí maduran entre 6 y 24 meses. Y luego el equipo de cinco enólogos que capitanea delibera para decidir qué se saca antes y cómo se hace el coupage, como han ido debatiendo y colaborando en todos los pasos del proceso.

La clave inicial está en la viña, pero también en elaborar junto a la viña, que la uva no viaje, que no sufra. Mejor es transportar al final el vino para embotellar. Por eso elabora hasta en cinco lugares distintos, cada cosa en su sitio.

Sólo produce 25.000 botellas al año, 5.000 de 'Ladrón de Lunas' y 20.000 de 'Luna de Catay', y en su presentación final interviene el diseño máximo. Las botellas son cuadradas, exclusivas, el vidrio más caro del mercado; las marcas están serigrafiadas, y el corcho es el de mayor calidad, del que escasea. El vestido de sus vinos vale más que muchos vinos. Es su apuesta por el "canal impulso". Lo mejor "hay que vestirlo bien para sugerir, no basta con que algo sea bueno en sí misma para venderlo bien". lasprovincias.es

HACIENDA MONASTERIO RIBERA DEL DUERO

Hacienda Monasterio Ribera del Duero 2005 de la bodega del mismo nombre, Torresilo Ribera del Duero 2005 de Cillar de Silos y V3 Viñas Viejas de Terna Bodegas de La Seca de Rueda han sido seleccionados en el marco de Madridfusión como tres de los doce mejores caldos españoles con un precio en bodega inferior a 30 euros.

Durante la última jornada de la VI Cumbre Internacional de Gastronomía tuvo lugar la entrega de los galardones a estos vinos, que han sido seleccionados por diez prestigiosos especialistas internacionales, presididos por Carlos Falcó, marqués de Griñón, durante una cata a ciegas y a puerta cerrada celebrada el pasado lunes, que organiza la Unión Española de Catadores.

Por otra parte, el más veterano de la cocina de vanguardia en España, Juan Mari Arzak, junto con el representante de una nueva saga de cocineros, el madrileño David Muñoz, coincidieron en el cierre de Madridfusión 2008 haciendo gala de la creatividad a través de la fusión de lo global y lo local, según informa Efe.

Para Arzak, la fusión es «adaptar cosas que te ofrecen diferentes países para tu propia cocina», mientras que para el representante de la quinta saga de cocineros de vanguardia es «la mezcla de dos culturas para obtener su esencia». El cocinero vasco cerró la última sesión de Madrid Fusión pidiendo «respeto» y «comprensión», ya que desde 1976 está luchando por demostrar que, en la cocina, «cada uno haga lo que le parezca mejor».

EL GRAN TORRE MUGA 2004

 

Ana B. Nieto / NUEVA YORK/CINCO DÍAS/ES

Tempranillo, Mazuelo y Graciano son las variedades de la uva. Una estancia de 18 meses en barricas nuevas de roble francés. Un aroma con 'notas frutales, especiadas y minerales'. Esas son algunas de las claves del Torre Muga 2004 que le han valido uno de los mayores reconocimientos de EE UU. La prestigiosa revista Wine Spectator considera que este Rioja es el noveno mejor tinto del mundo de 2007 y en la lista general de vinos, el Top 100, el undécimo, detrás de un champaña Krug de 1996.  

En la bodega familiar Muga están contentos porque simplemente estar en el Top 100 es ya complicado. De hecho, sus vinos entraron por primera vez la lista en 2000 (con un Torre Muga de 1995) y hasta hace unos años los españoles no habían estado muy representados. Para este año, Wine Spectator cató 15.000 muestras de 13 países y 3.500 consiguieron una puntuación sobresaliente. La selección final se basó en cuatro criterios: calidad, valor (por precio), disponibilidad (producción o cajas importadas) y un factor difícil de medir, la 'exaltación del paladar'.  

Curiosamente, los vinos elegidos no son los más caros del mercado. El precio medio es de 42 dólares (28,7 euros) frente a los 49 dólares del año anterior. 'Con todo, la calidad se mantiene al mismo nivel', explica Wine Spectator. El Torre Muga se vende a 88 dólares en EE UU y en España a 55 euros.  

Isaac Muga, al frente de esta bodega creada en 1932, explica en un reciente viaje a Nueva York que esta clasificación es un reconocimiento a la elaboración de lo que han llamado vinos de autor, más robustos, densos y potentes. El primero fue un Torre Muga 1991.   Su sobrino, Juan Muga, explica que es bueno para 'el marketing de su imagen'. '¿Subirán el precio?'. Isaac contesta con contundencia. 'Lo prohíbo. Yo no abuso de mis clientes y sólo subimos el IPC. Me satisface que un distribuidor gane dinero, pero yo no subo el precio, lo sube el comercio', explica. El bodeguero asegura que el mercado especula con sus vinos, pero ellos no. Especialmente cuando ya no están disponibles en las tiendas como este Torre Muga 2004. El 35% de la producción se destina a EE UU.  

La clasificación que ha reconocido a este Rioja entre los mejores está liderada por Clos des Papes, Châteauneuf-du-Pape 2005 y a lo largo de ella se pueden encontrar otros siete vinos españoles. Un Lan de 2004 en edición limitada, también Rioja, ha merecido la posición número 18; en el 31 queda un Ribera del Duero, Pago de los Capellanes (crianza de 2004) al que le sigue en el puesto 46 un gallego, Rafael Palacios. No es el único de estas tierras, Bodegas Godeval se instala en el puesto 94. Dos caldos del Bierzo, Bodega y Viñedos Castro Ventosa y Descendientes de J. Palacio, han encontrado su sitio en el 67 y 95 lugar, respectivamente y Bodegas Borsao, de Campo de Borja queda en el 90.   Isaac Muga asegura que los vinos españoles 'han mejorado una cosa bárbara y ya no se exporta el vino peleón. Hay bodegas que se han propuesto hacer muy buenos vinos', añade.

LOS MEJORES SUDAMERICANOS

La revista especializada Wine Spectator incluyó a dos vinos chilenos y tres argentinos entre los 100 mejores del mundo el año 2007.

La publicación , considerada entre las más relevantes por los aficionados, ubicó en el número 23 al Malbec argentino de Mendoza Alta "Bodega Catena Zapata" y en el lugar número 30 al "Viña Montes" del valle de Colchagua de Chile.

De la ciudad argentina de Mendoza son también el "Navarro" y "Altos Las Hormigas", que aparecen en los lugares 37 y 34, respectivamente, mientras que en el puesto 49 se sitúa el chileno "Viña Santa Rita", del valle del Maipo.

 

Según informa hoy la edición digital del diario La Tercera, para realizar la selección de los 100 mejores vinos del año, los catadores de la publicación analizaron unas 15.000 muestras de vino durante el año 2007, procedentes de trece países distintos.

PRIVILEGIOS DEL CHAMPAGNE

Privilegios del rey... de los vinos (por Joe L. Montana) - elboletin.es 

La elaboración de espumosos es paradójica y repleta de privilegios A pesar del consumo que hacemos de ellos, la elaboración de los espumosos, vinos por excelencia para las celebraciones no sólo de las pasadas semanas, es muy poco conocida. Algunos detalles de ésta son paradójicos y en cualquier otro vino serían tachados de herejías. La pauta la marca la región de Champagne, que para eso domina el mercado.

Sólo los más atrevidos buscan su propio camino como los australianos, lanzados a elaborar espumosos tintos con shiraz, (Knappstein o Windowrie Family Reserve).   O algunos rompedores, como el Louis de Grenelle del Valle del Loira, elaborado con las cabernet sauvignon y franc. Pero en la mayoría de estas denominaciones de origen aceptan prácticas que harían saltar las alarmas en cualquiera otra. Y, sin duda, la ira de muchos críticos.

Ya expliqué la clasificación según la cantidad de azúcares. Lo que no indiqué es que éstos son añadidos: el llamado licor de expedición.   Así pues el rey de los vinos recibe una ayuda exterior de sirope antes de salir a la venta. Intriga que una de las marcas más extendidas oferte un seco (¡con 28g / l de azúcar) de añada! (Veuve Clicquot Rich, 40-50 euros), tal vez excelente para los postres más nobles. Y más sorprende que otras la hayan seguido (Moët Chandon Nectar Imperial, Pol Roger Rich).  

No es el único privilegio de los espumosos: en su gran mayoría (a excepción de los millesime) son mezcla de añadas. Los productores lo justifican para mantener el ´espíritu de la marca´ pero es práctica vedada al resto de vinos, salvo contadas excepciones como el Vega Sicilia Reserva Especial. Hay más: en la producción de rosado, muchos (Möet Chandon, Veuve Clicquot, Ruinart,...) se permiten mezclar vinos tintos y blancos frente a la ortodoxia de obtenerlos en la fermentación con hollejos.   Y, además, lo argumentan en que así es el método tradicional. Pero todos estos privilegios, y más que no caben aquí, no obstan para que, como comenté, sea firme partidario del espumoso, en especial del de champagne, para toda celebración.