GARNACHA
De: JAIMEANDES |
Enviado por: Romina Hosokawa Nagami La Garnacha casi siempre fue considerada en España como una uva de “segunda”, utilizada solo para cortes de vino o en todo caso para mejorarlos. Es más, a mediados de 1970, se comenzó a desplantar esta cepa para colocar en su lugar el Tempranillo y otras cepas foráneas como la Cabernet Sauvignon, Merlot, Chardonnay o Syrah, pensando que así se ganaría unos vinos con mayor cuerpo y aromas. Pero no, salvo honrosas excepciones, los vinos no evolucionaron como esperaban y se debía a la ausencia de la Garnacha en sus cortes, esto, sobre todo, tuvo su máximo pico en la comarca de Murchante, en Navarra; tan profunda fue la erradicación de la Garnacha, que en los últimos años las bodegas locales se vieron obligadas a salir comprar Grandes cantidades a regiones vecinas. Hoy en día, la Garnacha es considerada como la uva tinta española más abundante con 240.000 hectáreas. Aunque son pocas las bodegas que se aventuran a producir variedades de esta cepa, ya hay experimentos con muy buenos resultados como en Aragón. Priorat, asimismo, puso de moda la garnacha y recordó que esta uva “de segunda” (sabrosa, pero no excesivamente tánica, con gran carácter frutal, pero oxidativa o, al menos, “sensible”) podía alumbrar grandes tintos si se cultivaba en los suelos adecuados, se limitaban considerablemente los rendimientos y se seleccionaban cepas viejas. Hasta entonces el único gran tinto de garnacha que no incluía su nombre en la etiqueta como corresponde a la tradición europea, era el châteauneuf-du-pape del Ródano francés. Por su parte, En La Rioja la Garnacha está exclusivamente dedicada para los cortes, es por ello su auge en estos últimos años, que junto al tempranillo, logran unos vinos con gran facilidad de guarda y personalidad. El mapa de la garnacha va por Cataluña, Aragón, Navarra y Rioja, y va difuminándose a medida que avanza hacia zonas más meridionales (Mancha, Valdepeñas, Levante...), aunque está bastante presente en Méntrida, Toledo, Ávila y la subzona madrileña de San Martín de Valdeiglesias. En la copa, por otro lado, ofrece una buena expresión de fruta madura y puede aportar una agradable nota floral que recuerda las violetas, aunque si tuviéramos que quedarnos con una característica clave, sería que es sabrosa en boca. Aunque su origen aún es materia de investigaciones, porque entendidos aseguran que procede de Vernazza, población de la Liguria italiana. Otros indican que podría ser de Aragón y de hecho en La Rioja se conoce a esta uva como tinta aragonesa. En Cerdeña se discute si la garnacha fue introducida por los catalanes o si la garnacha catalana deriva de una variedad previa de la isla. Sea como fuere, esperamos degustar muy pronto un buen tinto de Garnacha. |
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