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ENOLOGIA

05 PRODUCCION

PRODUCCION TRADICIONAL DE VINOS

Así se hacía el vino antiguamente

Pablo Garcinuño
 
El enólogo Ricardo Pérez Palacios, en Ávila.
 
El enólogo Ricardo Pérez Palacios, en Ávila.

 

El reputado enólogo Ricardo Pérez Palacios ha dado a conocer en Ávila, en el marco del I Curso de Sumilleres, los sistemas “ultratradicionales” con los que elabora sus vinos de La Rioja, el Priorato y El Bierzo.

“Recuperar los viejos métodos” pero intentando usar “el avance de la técnica” es lo que les diferencia del resto de caldos. “No utilizamos ningún aditivo químico, solo un poco de sulfuroso”, asegura. A esto se unen varias prácticas propias de otras épocas: prensa vertical, no utilización de bombas, vendimia a mano e incluso arar los viñedos con caballería.

“El resultado es un vino que tiene el carácter de cada zona”, defiende Pérez Palacios. Sus caldos “no están globalizados”, lejos de esa tendencia que hace que “todos los vinos sean más o menos iguales en todo el mundo”.

Aunque asegura que “el mercado del vino no va muy bien” porque “cada vez baja más el consumo, sobre todo en vinos de calidad”, reconoce satisfecho que ellos han conseguido mantenerse gracias a una “clientela fija”.

Biodinámica
En el curso que organizan desde el noviembre las cámaras de comercio de Ávila y Madrid y la Asociación de Sumilleres Abulenses, Ricardo Pérez Palacios ha ofrecido a los alumnos una ponencia sobre las características de la vitivinicultura biodinámica. Para finalizar, ha protagonizado una cata comentada de los vinos ‘La Montesa 2008’, ‘Camins de Priorat 2008’, ‘Pétalos 2008’ y ‘Villa de Corullón 2008’.

Este viticultor y bodeguero, sobrino del reputado enólogo Álvaro Palacios, ha sido pionero en España en la aplicación de la biodinámica, técnica que se basa en procedimientos en los que las vides están libres de químicos. Para ello es necesario conocer los ciclos biológicos de cada cultivo, lo que permite un empleo eficiente de los recursos de cada agro-sistema local y de los nutrientes disponibles.

BODEGAS BAJO EL MAR

Empresa vasca pone en marcha la primera bodega submarina con sensores

Dicen los expertos en la cata enológica que la calidad de los vinos mejora bajo el agua, si bien la causa de este fenómeno es aún desconocida. Experimentos realizados en las profundidades de la Costa Brava y en el fondo del Pacífico, en Chile, si han demostrado, no obstante, que los caldos adquieren un mayor nivel carbónico, son más aromáticos y ofrecen menor sensación de aspereza en el paladar cuando viven

La empresa vasca Bajo el Agua Factory, especializada en la divulgación del mundo marino, ha puesto en marcha una innovadora bodega submarina en las aguas de la Bahía de Plentzia con el objetivo de comprobar los efectos positivos que las aguas marinas tienen sobre el envejecimiento de los vinos. "Vimos que era un método que se aplicaba en otros países y queríamos ofrecer a las bodegas de Euskadi un lugar donde poder conservar sus botellas para que ganaran en sabores más salinos con yodo y una mayor frescura", explica Borja Saracho, gerente y fundador de la firma.

El proyecto nació en febrero del año pasado cuando la firma presentó este novedoso sistema de conservación de vinos al consistorio de Plentzia. Tras meses de espera para la obtención de los permisos pertinentes para la instalación de los módulos, la empresa comenzó en agosto de este año la construcción de la bodega submarina en aguas de la bahía vizcaína.

La pionera bodega consiste en dos módulos con estructura de hormigón que disponen en un lateral de un cristal blindado para facilitar su visionado interior y otro "sistema ventrículo que permite que al agua circular por el interior de la jaula", describe el responsable.

"Están sumergidos a unos 15 metros de profundidad y están concebidos como un arrecife artificial que se enganchan en forma de lego, no contaminan, y en sus cavidades pueden vivir algas y otras plantas marinas".

Ambos módulos cuentan con varios sensores que miden factores ambientales como la temperatura, las corrientes marinas o la luz que pueden modificar la calidad del vino analizado.

Una vez el sistema capta los datos, estos van a parar por cable a una boya inteligente de comunicaciones ubicada en la superficie.

"Este dispositivo transmite la información recibida a un central informativa en tierra que a través de un potente software cruza los datos obtenidos de las botellas sumergidas con sus homólogas conservadas en las bodegas de Denominación de Origen".

"Las botellas que se sacan del agua son enumeradas y los enólogos hacen catas a ciegas de las mismas para ver que trazabilidad han tenido durante este tiempo", detalla Saracho, quien estima entre 6 y 12 meses el periodo de envejecimiento en estas curiosas ‘barricas’ submarinas.

Uno de los aspectos más mimados por los técnicos de la empresa ha sido el embotellamiento. De esta manera han reforzado los tapones de las botellas sustituyendo el corcho comercial por "un material que resiste el embalaje de las olas o la presión del agua". "Hemos sumergido 1600 botellas con denominaciones de origen de vino tinto, txakoli y sidra", agrega el responsable.

Entre las ventajas que ofrece este sistema está la posibilidad de obtener una información fiable sobre la trazabilidad y la evolución de los vinos después de meses conservados bajo el agua. "Podemos disponer un histórico de la vendimia, embotellamiento, el sumergimiento o la vida de las botellas sumergidas bajo el agua", concluye.

Fuente: Excelencias Gourmet

EL ARTE DE HACER EL VINO

Recolección de la uva - La vendimia de las alrededor de 12.000 hectáreas de viñedos que hay en la provincia de Málaga dio comienzo en agosto y no acabará hasta finales de noviembre - Condiciones Para obtener una buena cosecha: Las temperaturas deben ser suaves en verano, que llueva antes de los meses de más calor y que no haya demasiada humedad en la recolección...

Raquel Garrido / Málaga
 

traslado. Las uvas se transportan en pequeñas cajas de plástico hasta la bodega para impedir que sufran y que se dañen durante el traslado y así poder obtener una mayor calidad en el producto final.

 
 

Cada año por estas fechas las uvas que durante todo un año han sido cuidadas con tanto esmero por los viticultores son recogidas para elaborar los mejores vinos que el consumidor podrá encontrar en restaurantes y estanterías de supermercados unos años después. Las bodegas de la provincia de Málaga son un hervidero de frenética actividad en esta época. Los enólogos se afanan en poner en práctica todos sus conocimientos y secretos mejor guardados para lograr los caldos más exquisitos que los diferencien en el mercado.

Este año la campaña de vendimia no será de las más abundantes. La sequía de los últimos años también está haciendo mella en los viñedos que no cuentan con sistema de riego y la producción de uva será inferior a lo normal. El Consejo Regulador de las Denominaciones de Origen de Málaga y Sierras de Málaga calcula que en esta campaña se van a recolectar entre ocho y diez millones de kilos de las distintas variedades, algo menos que en años anteriores.

El granizo caído en marzo en la comarca de la Axarquía también ha contribuido al descenso en la producción de esta campaña. Sólo en esta zona la recolección de uva moscatel será este año un 40% inferior por los daños que sufrieron los viñedos.

Desde principios de agosto y hasta finales de noviembre toda la uva es recogida. Poco ha cambiado el sistema de recolección desde la época de los romanos y en la mayoría de los viñedos se sigue haciendo de forma manual. "Si se quiere hacer un vino selecto hay que proteger al máximo la uva y la mejor forma es cortarla a mano y transportarla en pequeñas cajas para que se estropee lo menos posible", explica el presidente del Consejo Regulador, Cayetano Garijo.

Pero lo realmente importante es decidir el momento exacto en el que debe recogerse la uva de la cepa. Hasta no hace mucho tiempo la vendimia se hacía siempre en la misma fecha y los viticultores no solían tener en cuenta otros aspectos. Sin embargo, hoy en día los viticultores persiguen que la uva tenga unas características especiales de acidez y azúcar, entre otros muchos requisitos, que después marcarán la diferencia de sus vinos con los de otras bodegas. De ahí, que se haga de forma tan escalonada.

El periodo clave que determinará las características finales de la uva es el que va entre el denominado envero -cuando el fruto empieza a cambiar la tonalidad y a engordar en tamaño- hasta la recogida. Es el proceso de maduración y, según Garijo, es "un momento crítico" para el viñedo.

Para obtener una buena cosecha, las uvas necesitan que las temperaturas sean suaves durante el verano, que llueva antes del inicio de los meses de más calor y que en el momento de la recolección no haya demasiada humedad. Aunque eso dependerá del tipo de uva.

La variedad de uva que se cultiva también depende del vino que se quiere producir, además del terreno donde se plante el viñedo. En el caso de los dulces, las más tradicionales en Málaga son la moscatel, pedro ximén, doradilla, lairén y rome. Las syrah, cabernet-sauvignon, merlot y tempranilla se usan para los vinos tintos, mientras que en los blancos destacan la chardonnay y de grano menudo.

La moscatel es la que se recoge más temprano, nada más comenzar el mes de agosto.

La Bodega Málaga Virgen, una de las más antiguas y de mayor producción de vino de la provincia, acaba de terminar la recogida de todas las variedades de uva que cultiva en las casi 200 hectáreas de viñedos que posee en el municipio malagueño de Fuente de Piedra. La vendimia de la pedro ximén ha finalizado esta misma semana y la cosecha ha rondado este año los 500.000 kilos de uva, que permitirán elaborar alrededor de 350.000 litros de vino dulce.

La jornada de recogida de la uva empieza temprano cuando las temperaturas son más bajas. "Así se consigue que la uva esté más fresca y el nivel de oxidación sea menor, lo que luego repercutirá en el sabor del vino", según Francisco Medina, director técnico y enólogo de esta bodega malagueña fundada en 1885.

Incluso hay algunas variedades de uva que se recogen durante la noche para conseguir la máxima calidad y frescura del fruto, o que son sometidas a un tratamiento de frío antes de empezar a elaborar el vino.

Pero excepto la recogida de la uva, prácticamente todo el proceso de elaboración del vino se hace hoy en día de manera mecanizada. Cuando las uvas llegan a la bodega el primer paso es seleccionar los mejores racimos y quitar todas las hierbas secas que traigan enganchadas. Una máquina se encarga de despalillar los racimos y sólo cuando la uva está limpia es triturada y conducida por una tubería hasta las prensas por donde sale el primer mosto.

Ese primer mosto que se extrae de la uva dulce tiene que decantar mediante un sistema de flotación que "hace que se elimine toda la suciedad antes de comenzar la fermentación que dura hasta que se terminan los azúcares para hacer el vino seco", asegura el director de la bodega Málaga Virgen.

A los vinos conocidos como maestro, de licor, tierno y dulce natural se les añade alcohol durante la elaboración, y sólo los naturalmente dulces lo obtienen de forma natural.

Para conseguir las cantidades de alcohol de los vinos tradicionalmente dulces de Málaga, los viticultores suelen dejar los racimos más tiempo en la cepa o los recogen para extenderlos al sol durante varias semanas. Ésta última práctica se conoce como asoleo y se lleva a cabo para que el fruto madure aún más y concentre más cantidad de azúcar pero sin llegar a pasificarse.

Las uvas tintas son las únicas que no pasan por las prensas y van directamente a los depósitos de fermentación donde se mantienen durante una semana. Para la elaboración del vino rosado, la uva tiene que macerar durante tres o cuatro días hasta que el mosto adquiera un poco de color antes de iniciar la fermentación.

Una vez que acaba el proceso de elaboración, todos los tipos de vino, excepto los blancos y rosados, pasan al menos un año en barricas para su crianza y el tinto incluso un año más embotellado antes de salir al mercado.

Este momento también es clave para que el vino alcance el grado perfecto de aroma y sabor. Y para lograrlo la mejor manera es la de roble americano o francés. "El primero le da al vino un aroma más agresivo en nariz y el francés más estructura en boca", señala el experto.

En esta bodega malagueña hay unos dos millones de litros de vino metidos en barrica ubicadas en unas salas especiales donde la temperatura siempre se mantiene a 18 grados para que la crianza del vino no se altere, y el suelo es de albero para mantener el nivel de humedad.

En poco menos de un mes acabará la vendimia de las apenas 12.000 hectáreas de viñedos que hay en la provincia y será entonces cuando comience la elaboración de unos vinos que han sabido hacerse un hueco en el mercado y que ya pasean su exquisito sabor por medio mundo.

LEVADURAS TRANSGÉNICAS

Las levaduras transgénicas pueden mejorar la calidad del vino, según científico - Agricultura

EFE

El científico australiano Paul Chambers sostiene que la introducción de levaduras transgénicas en la fermentación de los vinos no reviste riesgo para la salud si se utilizan las técnicas adecuadas y considera que pueden mejorar la calidad de un vino.

Esta es una de las ideas que este investigador de las células de las levaduras ha defendido hoy en su conferencia "El uso de levaduras modificadas genéticamente en la elaboración del vino", dentro del VI Foro Mundial del Vino, que se celebra en Logroño.

Según Chambers, "las levaduras transgénicas son seguras, siempre que no se les introduzca un gen dañino, que es impensable. Nadie piensa en introducir una toxina horrible a un vino".

Actualmente sólo hay desarrolladas dos levaduras transgénicas, que están disponibles en Estados Unidos y Canadá. En Europa y Australia no, ha explicado el científico, quien desarrolla su actividad en el Instituto de Investigación del Vino de Australia.

También ha precisado que, a pesar de que en Estados Unidos y Canadá las levaduras transgénicas están disponibles, todavía suscitan rechazo, en su opinión, "por una falta de información al consumidor de este tipo de productos".

Por ello, "no creo que las bodegas de Estados Unidos van a utilizar estas levaduras".

La razón, según el investigador, es clara. "Nadie quiere perder la fe del consumidor y entiendo que no quieran arriesgarse".

Chambers ha recalcado que hay algunos desarrollos "fantásticos" en el campo de la investigación de las levaduras, que abren un campo "muy importante" al sector del vino para atender a las nuevas demandas de mercados y los gustos de los consumidores.

Según Chambers, las levaduras transgénicas pueden incrementar el sabor de un mosto, mejorar la calidad de un vino, actuar sobre los aromas, conseguir, incluso, vinos más baratos y otros mejorados, entre otros ejemplos.

Aunque no hay pruebas realizadas en el vino, uno de estos estudios es la producción de levaduras genéticamente modificadas con resveratrol, ha explicado el científico, quien ha calificado de "prometedor" este avance por las propiedades saludables que se le atribuyen a esta sustancia que está en el hollejo de la uva.

También ha defendido la tesis de que los organismos genéticamente modificados "plantean menos riesgo e, incluso, son más seguros" que los procedentes de técnicas tradicionales, aunque no están tan desarrollados en el campo de la alimentación.

Ha citado, como ejemplo, la implantación de los transgénicos en la industria farmacéutica.

Determinadas vacunas y la insulina, por ejemplo, se elaboran a partir de organismos genéticamente modificados y, científicamente, está demostrado que son más eficaces que los procedentes de métodos tradicionales, ha precisado el científico.

En su opinión, la falta de una correcta y suficiente información al consumidor cuando comenzaron a desarrollarse los transgénicos es la causa de la percepción de rechazo que existe entre la población hacia estos organismos.

Para el presidente del Consejo del Mercado del Vino de Estados Unidos, John Gillespie, quien también participa en este Foro, aunque las levaduras transgénicas no suponen un riesgo para la salud, estudios recientes demuestran que los estadounidenses están muy interesados por los alimentos ecológicos y naturales.

Sin embargo, el estadounidense amante del vino es el que lo compra regularmente y exige vinos de alto valor añadido y elaborados con métodos tradicionales, con levaduras no transgénicas.

VIEJO DILEMA - AZÚCAR EN EL VINO

UE permite añadir azúcar de remolacha al vino

Los ministros de Agricultura de la Unión Europea deliberaron desde el lunes sobre la reforma de la producción de vinos europeos. La Comisión Europea propuso introducir una norma que prohibiría añadir azúcar de remolacha al vino y a la cual se opusieron varios países centroeuropeos, incluyendo la República Checa. No obstante ese proyecto finalmente fue cancelado. "A los vinos de alta calidad se les permite añadir azúcar sólo en años poco favorables, a los de mesa, siempre", señaló el viceministro de Agricultura, Stanislav Kozák. La Unión Europea pretende regular la producción de vinos europeos, cuyo consumo disminuye anualmente, ya que no consigue competir con los vinos importados de América de Sur, EE.UU. y Australia.

LOS TROZOS DE MADERA

Los vinos de Rioja no emplearán trozos de madera en proceso de elaboración
Es la primera DO que no utilizará esta práctica enológica en atención a la importancia estratégica que tienen para el sector Rioja los procesos de envejecimiento en barricas de madera de roble.

El Boletín Oficial del Estado publica hoy una Orden del Ministerio de Agricultura, Pesca y Alimentación, por la que se modifica el Reglamento de la Denominación de Origen Calificada Rioja y de su Consejo Regulador, en la que se establece la prohibición de empleo de los trozos de madera de roble en los vinos protegidos por la misma.

Es la primera denominación de origen española que incluye la prohibición de esa practica enológica, opción que ofrece el Real Decreto sobre presentación, y protección de determinados productos vitivinícolas , de octubre de 2007, y ello en atención a la importancia estratégica que tienen para el sector de Rioja los procesos de envejecimiento en barricas de madera de roble que dan lugar, tras el cumplimiento de los requisitos precisos, a vinos con derecho a las menciones tradiciones ''crianza'', ''reserva'' y ''gran reserva''

Además, la Orden recoge la propuesta formulada por el Consejo regulador de un plan, que se desarrollará en las campañas que se sucederán desde la 2007/2008 hasta la 2010/2011, tendente a la limitación de los rendimientos y a la creación de un stock cualitativo, a partir de una parte de la cosecha, que podrá liberarse y salir al mercado si se dan unos determinados condicionantes, en caso contrario dicho volumen deberá quedar definitivamente descalificado y su destino será la destilación.

De esta forma se confirman y se da seguridad jurídica a las iniciativas presentadas, apoyándose las propuestas formuladas desde el sector, juzgadas muy importantes para el desarrollo armónico de la Denominación de origen calificada.

Finalmente, se logra una mejor visualización de los procedimientos de control, al incluirse en la norma legal la tarjeta de viticultor como instrumento importante a tales efectos. diariodigitalagrario.com - España

NORMAN EL VINO ECOLÓGICO

 

Taormina (Sicilia), (EFECOM).- El vino ecológico será una realidad en 2009, año en el que quedarán definidas sus normas de producción y elaboración, y entre sus puntos más discutidos está si se permite o no la adición artificial de azúcar para aumentar el grado alcohólico (chaptalización) y qué cantidad de sulfitos puede contener el vino.

Una de las responsables del proyecto ORWINE, la italiana Cristina Micheloni, explicó a Efe que hasta ahora lo que está regulado es el vino producido con uvas ecológicas, es decir, la materia prima, pero no su método de producción, que se seguía haciendo conforme a los métodos convencionales.

ORWINE es un proyecto de investigación financiado por la Comisión Europea que se inició en febrero de 2006 y cuyos trabajos finalizarán en 2009 cuando entre en vigor el nuevo reglamento sobre la agricultura ecológica.

Micheloni, quien ha asistido al Seminario Internacional sobre la OCM del vino que se celebra en la ciudad siciliana de Taormina, explicó que tanto los productores como los consumidores demandan vino ecológico, de ahí su necesidad de regularlo, pero que este proceso no está exento de complicación.

En este sentido, comentó que la chaptalización no casa muy bien con el concepto ecológico, porque supone interferir en el proceso, ya que se añade azúcar por que el contenido natural en la propia uva no es suficiente para alcanzar una graduación alcohólica adecuada.

"No es muy natural" interferir en ese proceso, pero además, comentó Micheloni, "está la cuestión de que ese azúcar, en caso de que se añadiera, debería ser procedente de producción ecológica", si bien la propia Comisión es partidaria de prohibir la práctica de la chaptalización.

Otra de las cuestiones que está suscitando grandes debates es el de los contenidos de sulfitos en los vinos, pero que finalmente se solventará rebajando para los vinos ecológicos el contenido permitido en los convencionales.

"Quizás uno de cada cinco años los viticultores no tienen necesidad de utilizar azufre en la elaboración de vino, pero en la práctica habitual si lo requiere", dijo la experta italiana en agricultura ecológica, porque de lo contrario, no se lograrán vinos con capacidad de envejecer.

La utilización de corcho en detrimento de otros cierres como los tapones sintéticos o los de rosca o la conveniencia o no de utilizar vidrio en lugar de tetra-pack, son otros aspectos que deberán aclararse en los próximos meses.

Por ejemplo, si se utilizan taponamientos de silicona o de rosca, como prefieren los países del norte, se puede reducir el uso del azúfre, si bien el corcho es un producto más natural, procedente del alcornoque, además, informó Micheloni, en Cerdeña se ha empezado a desarrollar un proyecto de corcho ecológico que puede ser interesante.

Respecto al vidrio, la experta indicó que, aunque es cierto que es un producto con mucha vida, gracias a sus posibilidades de reciclaje, no es menos cierto que el tetra-pack, que también se puede reciclar como papel, supone un mayor ahorro energético, porque en el transporte pesa menos. EFECOM

LA PRODUCCION DEL VINO

Por: Alejandro Álvarez - lne.es

 

La vendimia es mucho más que la recolección de la uva. El verdadero trabajo se realiza de puertas para adentro. Desde el estrujado o prensado de la uva, pasando por la corrección de los mostos, la maceración, el descubado (separación del vino), la fermentación, la clarificación, la filtración y la crianza (no todos los vinos), hasta el embotellado, pueden pasar hasta ocho meses de intenso trabajo. Alejandro Calvo, enólogo de Bodegas del Narcea, la mayor de la indicación geográfica protegida (IGP) del Vino de la Tierra de Cangas, fue el encargado de desgranar para LA NUEVA ESPAÑA los entresijos de este complejo proceso.

Una vez que la uva llega a la bodega, tras ser analizada por los técnicos del Servicio Regional de Investigación y Desarrollo Agroalimentario del Principado (Serida), órgano encargado de velar por el cumplimiento de los parámetros de calidad, lo primero que se hace es el despalillado de los racimos. Antiguamente la uva se echaba a cocer con el tálamo, pero los estudios realizados han recomendado separarlo antes del estrujado para reducir su acidez.

A continuación, el mosto obtenido es conducido hasta los depósitos de fermentación. En el caso de Bodegas del Narcea, estos tanques metálicos, que han venido a sustituir a las antiguas tinas de madera, pueden albergar hasta 15.000 litros de caldo. Durante este paso, conocido como maceración, el hollejo tiende a depositarse en la parte más alta, aumentando el riesgo de que el vino se pique. Para evitarlo y facilitar la mezcla, se realiza el remontado, que consiste en sacar el mosto por la parte más baja del tanque e introducirlo de nuevo por arriba.

«Con este proceso conseguimos que el líquido y el hollejo estén en permanentemente contacto. El vino resultante ganará en color y en sabor», detalla Calvo. Otra práctica desconocida hasta ahora -es de origen francés- que está cobrando fuerza es el denominado «delestage», que consiste en extraer todo el mosto de los tanques, quedando tan sólo el hollejo, y volver a introducirlo con mangueras a presión, consiguiendo, según este experto enólogo, extraer todas las propiedades de las pieles.

Llegados a este punto, tan sólo queda el proceso de crianza, o el embotellado en el caso de los vinos jóvenes. Este año Bodegas del Narcea espera producir unas 40.000 botellas (33.000 de tinto y 7.000 de blanco). Las variedades de uva que emplean en los tintos son el carrasquín, el albarín tinto, la mencía y el verdejo. En los blancos la variedad predominante es el albarín blanco. «Tendemos a los blancos monovarietales. Ése es nuestro objetivo», señala Calvo.

A diferencia de otras empresas elaboradoras de la IGP, en Bodegas del Narcea vinifican por separado, es decir, que las distintas variedades de mosto fermentan cada una por su lado. A pesar de que todos los estudios recomiendan mezclar los vinos resultantes, aquí no descartan producir en el futuro un tinto elaborado únicamente a base de albarín tinto. «Es pronto aún, pero tenemos muchas esperanzas depositadas en esta variedad», insiste este experto.

Otro aspecto que tener en cuenta es la limitación de la producción de las plantas. Esto, según Alejandro Calvo, reduce considerablemente el ciclo de maduración, libera de trabajo a las plantas y permite obtener una mayor graduación alcohólica, «un vino mejor estructurado». A pesar de que los tintos siguen copando la mayor parte de la producción, los blancos están al alza. Estos vinos, según los bodegueros, son mucho más fáciles de elaborar. Además, la IGP del Vino de la Tierra de Cangas dispone de una variedad, el albarín, que cuenta con un gran potencial. Los ciclos de maduración, aseguran, son más cortos y permiten vendimiar casi todos los años en septiembre, lo que evita que la uva permanezca expuesta al agua en exceso. «Nuestros blancos también aportan la acidez y la frescura que se le supone a este tipo de vinos», afirman los bodegueros, que están completamente convencidos de que el vino de Cangas va a ser más conocido por los blancos que por los tintos.

Otro aspecto muy a tener en cuenta de cara al futuro es la certificación de las plantas. Hasta ahora lo que se estaba haciendo desde la Asociación de Productores de Uva (Aprovican) era reproducir material vegetal: se recogían las plantas que se creía que eran de buena calidad y se enviaban a un vivero a injertar sobre patrones sanos. El trabajo del CSIC, según Calvo, es muy interesante y ha permitido certificar las variedades de albarín blanco y verdejo; pero lo que lamenta este experto enólogo es que esas plantas no estén respaldadas por un trabajo enológico.

«No sabemos cómo va a funcionar su uva. Todas las denominaciones de origen, incluso las que tuvieron una reconversión más reciente, como es el caso de las Rías Bajas, han empleado el mismo método de trabajo que estamos utilizando nosotros. Personalmente, no creo en la selección clonal, prefiero la diversidad de la planta natural», asevera. http://enologia.groups.live.com

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