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ENOLOGIA

15 DIONISOS - MITOLOGIA

LA PROFECIA DE LA ISLA DE FAROS

La Historia del Vino - Dionisos: Cap 09 

Por: Jaime Ariansen Céspedes - Instituto de los Andes

Proteo era el rey de Egipto y vivía en la isla de Faros, este hijo de Poseidón, como todas las divinidades marinas, poseía el don de la profecía y el oráculo le dijo que unos próximos visitantes extranjeros le causarían daño y que debería tener cuidado.

 

En los siguientes días una tormenta azota las costas de la isla y trajo con ella al navío del rey Menelao que regresaba de Troya después de haber rescatado a su esposa Helena del rapto de Paris. Habían perdido el rumbo y no sabían cómo regresar a Esparta. Menelao solicita ayuda a Proteo y éste haciendo caso a la advertencia divina le proporciono un derrotero falso, sin fin, que lo conduciría sin rumbo y condenado a nunca llegar a su destino.

Dice la leyenda que Menelao y su comitiva vagaron durante ocho años entre los pueblos del este, hasta que un día encontraron Dionisos y su corte de bacantes cerca al promontorio de Malea y le contaron sus desgracias, este  ya conocía del maleficio y decidió ayudarlos, los expertos no se ponen de acuerdo si fue por amistad con él o por que Dionisos no le podía negar nada a la bella  Helena si se lo solicitaba con sus enormes ojos azules llenos de lagrimas.

 

Juntos, fueron a la isla de Faros y Dionisos ofreció a Proteo a cambio de eliminar el maleficio, la planta de la vid y  las enseñanzas de cómo hacer esa deliciosa bebida llamada vino, este es el inicio de la  enología en Egipto, Por que, Proteo aceptó la oferta sin vacilación y todos celebraron el pacto con una colosal fiesta que dicen que duro treinta días y treinta noches seguidas y por supuesto el centro de la atención la acaparo como siempre la bella Helena. Quien al partir rumbo a su hogar había dejado otro corazón roto en el camino de la vida, el de su salvador Dionisos. http://groups.msn.com/TEnologia   -  jaimeariansen@hotmail.com

PENTEO

La Historia del Vino - Dionisos: Cap 08

Por: Jaime Ariansen Céspedes - Instituto de los Andes 

LA PELEA CON SU PRIMO PENTEO.

 

Es también célebre la descomunal gresca de Dionisos con Penteo, hijo de Echion y Agave, la hija de Cadmo, hermana de Sémele y por lo tanto tía de Dionisos, pero sin saberlo ninguno de los dos.

Sucedió cuando Dionisos organiza una fiesta en el Citeron, lugar sagrado de Tebas, donde había llegado días antes y como de costumbre los danzantes de su comparsa vestidos con minúsculas prendas y olorosas guirnaldas repartían vino y amor a los concurrentes, mientras una extraña y desconocida música los embriagaba a la par que la nueva bebida.

Cuando llega de improviso al lugar el joven héroe Penteo y encuentra a su prometida Livia desnuda y en los brazos de Dionisos, entonces y sin pensarlo dos veces se lanza sobre él con la espada desenvainada dispuesto a atravesar de parte a parte su cuerpo; en ese momento y sin explicación alguna Agave se interpone protegiendo a Dionisos y recibiendo la estocada de su propio hijo, quien no comprende nada de lo sucedido y huye llorando la desgracia, mientras el bacanal seguía desenfrenado hasta saciar él ultimo de los mas escondidos deseos de cada uno de los asistentes.

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LAS MINIADAS

Historia del Vino - Dionisos Cap: 07

Por: Jaime Ariansen Céspedes - Instituto de los Andes 

En Orcomene, fueron amistosamente recibidos por el rey, el acaudalado Minias, quien se había pasado la vida criando a sus tres hijas Alcathoe, Leucippe y Arsippe en la más absoluta y austera virtud de las artes y manualidades.

Cuando llega Dionisos y organiza, con anuencia de Minias, una ceremonia en homenaje a los dioses del Olimpo, las tres castas doncellas asistieron a la fiesta con las reservas del caso y tuvieron razón, poco a poco la reunión se fue acalorando hasta alcanzar un nivel de completo frenesí y la alegre danza fue envuelta en una especie de locura general producto de la nueva bebida que los bacantes llamaban vino y que el Joven Tebano les ofrecía a raudales.

Solamente las tres hijas del rey, las Miniadas, permanecieron sobrias y no se les ocurrió otra manera mejor de demostrar la virtud  y la templanza que con el ejemplo; así que  trajeron al medio del salón sus telares y comenzaron a trabajar sin importarles la música ni los excesos que se cometían a su alrededor.

Dionisos, molesto por lo que consideraba una profanación de su fiesta, con el trabajo, tomo sucesivamente la forma de un toro, un león y una pantera para asustarlas, pero las Miniadas permanecieron sin pestañear siquiera frente a sus telares, entonces hizo brotar miel y vino de las maderas de los telares y cambió el tejido por uvas y hojas de vid, recién entonces Alcathoe, Leucippe y Arsippe huyeron despavoridas al bosque donde fueron convertidas en murciélagos; esta leyenda esta relacionada con la costumbre de hacer notar a las jóvenes que si prefieren el trabajo a una copa de buen vino corren el riesgo de convertirse en murciélagos.

LAS LOCURAS DE LICURGO

Historia del Vino - Dionisos: Cap: 06

Por: Jaime Ariansen Céspedes - Instituto de los Andes 

 

Dionisos se encuentra en su largo periplo con muchos detractores y poderosos enemigos, como Licurgo, hijo de Drias, rey de los Edoni Tracios, quien desafía a Dionisos en plena ceremonia de homenaje a los dioses del Olimpo acusándolo de corrupción, tal fue el desorden originado por la pelea que las nodrizas dejaron caer al suelo los implementos sagrados que utilizaban en la liturgia.

Los dioses castigaron a Licurgo por esta acción con la locura, que era precisamente lo que reclamaba en Dionisos, por las desenfrenadas fiestas que seguían a las ceremonias religiosas. Dice la leyenda que Licurgo ya sin lucidez, creyendo que estaba podando los brotes de una viña, cortó las extremidades de sus hijos. Los Edoni-Tracios sacrificaron al demente Licurgo porque de acuerdo con la profecía, sólo su muerte podría liberar a sus tierras de la esterilidad en que quedaron después del incidente con Dionisos.

ICARO EL DE LAS ALAS DE CERA

La Historia del Vino - Dionisos Cap: 05 

Por: Jaime Ariansen Céspedes - Instituto de los Andes

En Atenas son recibidos por Icaro, con quien Dionisos entabla una muy cordial amistad, mientras el hijo de Dédalo, le enseñaba sus nuevas y revolucionarias alas de cera que le permitían volar. Icaro se encargó de la responsabilidad de difundir y  sembrar la vid en toda esta región, que luego sería famosa por la calidad de sus vinos.

Ícaro es hijo del arquitecto Dédalo, constructor del laberinto de Creta, y de una esclava. Fue encarcelado junto a él en una torre de Creta por el rey de la isla, Minos para que no revelaran el secreto de la construcción del laberinto.

Dédalo consiguió escapar de su prisión, pero no podía abandonar la isla por mar, ya que el rey mantenía una estrecha vigilancia sobre todos los veleros, y no permitía que ninguno navegase sin ser cuidadosamente registrado. Dado que Minos controlaba la tierra y el mar, Dédalo se puso a trabajar para fabricar alas para él y su joven hijo Ícaro. Enlazó plumas entre sí empezando por las más pequeñas y añadiendo otras cada vez más largas, para formar así una superficie mayor. Aseguró las más grandes con hilo y las más pequeñas con cera, y le dio al conjunto la suave curvatura de las alas de un pájaro.

Cuando al fin terminó el trabajo, Dédalo batió sus alas y se halló subiendo y suspendido en el aire. Equipó entonces a su hijo de la misma manera, y le enseñó cómo volar. Cuando ambos estuvieron preparados para volar, Dédalo advirtió a Ícaro que no volase demasiado alto porque el calor del sol derretiría la cera, ni demasiado bajo porque la espuma del mar mojaría las alas y no podría volar. Entonces padre e hijo echaron a volar.

Pasaron Samos, Delos y Lebintos, y entonces el muchacho comenzó a ascender como si quisiese llegar al paraíso. El ardiente sol ablandó la cera que mantenía unidas las plumas y éstas se despegaron. Ícaro agitó sus brazos, pero no quedaban suficientes plumas para sostenerlo en el aire y cayó al mar. Su padre lloró y lamentando amargamente sus artes, llamó a la tierra cercana al lugar del mar en el que Ícaro había caído Icaria en su memoria. Dédalo llegó sano y salvo a Sicilia bajo el cuidado del rey Cócalo, donde construyó un templo a Apolo en el que colgó sus alas como ofrenda al dios.

ENEO - EL PRIMER VIÑATERO

 

La Historia del Vino - Dionisos CAP: 04

La Historia de Dionisos.  En Etolia, los recibe el Rey de toda Caledonia, el Gran Eneo, que fue el primero en plantar las colinas de toda esta comarca con las vides que le entregó Dionisos, y por lo que ganó el sobrenombre del "viñatero". En el resto de su vida su fama de enólogo fue a la par que de valiente guerrero.

Es célebre la cacería  organizada por Eneo para atrapar al feroz Jabalí de Caledonia, enviado por Artemisa para arrasar las viñas del país; la diosa estaba  ofendida por que se habían olvidado de ella en uno de sus rituales y quiso castigarlos eliminando lo que más apreciaban.

Eneo, es uno de los héroes sobrevivientes de la guerra de Troya. Es también célebre su nieto Diómedes, que fue el familiar que heredó el sobrenombre de "viñatero" por su pericia y buen gusto. jaimeariansen@hotamail.com

LA PRIMERA AVENTURA DE DIONISOS

La Historia del Vino - Dionisos CAP: 03 

LOS PIRATAS.

Por: Jaime Ariansen Céspedes

 

Dionisos y su comitiva Utilizaron un precioso Trirreme, que les proporcionó Hermes, y pusieron proa rumbo al mundo entero; a los pocos días de navegación tuvieron un violento encuentro con unos piratas y como estaban desarmados fueron abordados fácilmente.

Dionisos fue hecho prisionero y atado al mástil con cadenas. Tal fue su frustración y  rabia por el mal inicio de su periplo, que sin proponérselo generó una extraña y gran fuerza que hizo que la planta de vid que llevaban a bordo comenzara a crecer con gran rapidez entrelazando a todos los piratas del barco mientras al mismo tiempo se producía en Dionisos una fantástica transformación convirtiéndose en un gran León que destruyo fácilmente las cadenas.

Los piratas  asombrados y despavoridos se arrojaron al mar, donde quedaron convertidos en delfines, éste fue el fantástico origen de estos inteligentes y simpáticos habitantes del mar.

 

LA INFANCIA DE DIONISOS

LA HISTORIA DEL VINO - DIONISOS CAP: 02 

POR: ING. JAIME ARIANSEN CESPEDES

El Tutor.  Hermes era un Dios muy especial, a poco de nacer, en la cumbre de la montaña Cilinio, en Arcadia, ya dio pruebas inequívocas de creatividad y versatilidad, que unidas a la fascinación y simpatía  constituían sus principales características. Había inventado la lira y la flauta con las que deleitaba a todo el mundo, mientras recorría las comarcas enseñando a las gentes los secretos de la fertilidad de los campos. Era adorado por los agricultores y los pastores  que eran sus amigos,  mientras  jugueteaba y engreía a las Ninfas, con las que tuvo varios hijos entre los que destacan Pan y Dafnis. 
  
El fiel Hermes se puso en camino rumbo al monte Nisa, llevando a Dionisos en sus brazos. Esta paradisíaca montaña había sido el lugar escogido para que su pequeño hermano creciera. Era un lugar tranquilo, lejano y lleno de naturaleza, donde la vida destilaba todos los días su hermosura, expresándose en miles de luces de colores y aromas diferentes y embriagadores. Era el sitio más hermoso y subyugante que Hermes había visto en su vasto peregrinaje por todos los valles de la tierra.
La infancia de Dionisos transcurrió feliz en el monte Nisa, al lado de Pan,  hijo de Hermes y deidad protectora de los rebaños, pastores y cazadores, quien le enseñaba cada día a disfrutar y comprender las reglas  perfectas y maravillosas de la naturaleza. Al caer la tarde tocaba la Syrinx, o sea la flauta de Pan. Mientras el joven  Dionisos, atento, trataba de aprender como crear sus propias melodías.
Entre las miles de historias que Pan contaba a su joven discípulo, la preferida era la romántica y tierna que se refería al tallado de  su mágica flauta. A Dionisos le encantaba escuchar una y otra vez cómo la hizo, con la caña en  la que se transformó la ninfa Syrinx, mientras huía envuelta en el torbellino de su atormentado amor. Cada vez que contaba esta historia cambiaba la melodía de fondo que acompañaba al relato, mientras Dionisos se acurrucaba en la hierba alta disfrutando plenamente del follaje, imaginando cada una de las escenas románticas de los jóvenes amantes.
 
Pan, tenía otro relato favorito,  por supuesto él era el protagonista. Tomaba aire, hinchaba el pecho, mientras relataba su epopeya en la batalla de Maratón, cuando con su estrategia y valiente acción provocó el pánico que hizo huir a los persas. Acompañaba este relato con un histriónico fin de fiesta de clarines y trompetas, mientras él mismo se coronaba con una guirnalda de ramas de pino.
Los días pasaban felices para Dionisos en esa bucólica atmósfera, unos días jugaba con los Paniscos,  que eran una especie de duendes del bosque alegres y despreocupados, especialistas en sueños y pesadillas. Otros días, con las Ninfas, jóvenes doncellas, espíritus benéficos de la naturaleza que llevaban una vida de deliciosa libertad, cantando y danzando. Las Ninfas estaban comprendidas entre las divinidades de la purificación y la profecía. Las obras de arte las representan como doncellas seductoras, ligeramente vestidas o completamente desnudas,   cubiertas de flores y guirnaldas. 
Hasta que llegó el cumpleaños número quince de Dionisos;  Pan y sus amigos le prepararon una alegre fiesta en medio del bosque, lo especial fue la presencia de Hermes. En los últimos años sus múltiples ocupaciones no le habían permitido estar mucho tiempo con su protegido y hermano menor, ahora que llegaba el tiempo en que Dionisos se convertía en adulto,  había que ofrecerle un presente muy especial.
  
En el momento central de la fiesta, Hermes toma la palabra y brinda diciendo: "Dionisos, querido muchacho, eres una persona de alma noble, tu vocación por enseñar cosa útiles a la gente del bosque y tu amor por la naturaleza te han hecho ganar el respeto y cariño de todos los que te conocen y esto me causa gran satisfacción. Para celebrar tu paso a la vida adulta deseaba hacerte un regalo muy especial y he pensado mucho en este hecho y al final estoy seguro que he acertado en la elección" y entrega a Dionisos una delgada planta con escasa hojas.- Se llama Vitis, prosiguió, y con el jugo de sus frutos, las uvas, alimentarás y saciarás la sed de la gente y les proporcionarás amistad, alegría y buena voluntad, que es lo que más necesitan los hombres. Tu, Dionisos de Tebas, serás el encargado de cuidar esta nueva especie, reproducirla y extenderla por el mundo entero. Que la fuerza divina te ilumine y acompañe.  
A los pocos días Dionisos estaba listo a partir rumbo al futuro y a cumplir con su destino, pero no marchó solo, el bosque estuvo alborotado y las adherencias para acompañarlo fueron múltiples. Los más alegres y divertidos personajes del bosque, Sátiros, Ninfas, Paniscos y Deidades formaron una formidable comparsa alrededor del viajero, también integró la comitiva Sileno, el viejo maestro de los bosques, el predicador de las fuentes, el que tenia de gran ascendencia sobre Dionisos.

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