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ENOLOGIA

15 DIONISOS - MITOLOGIA

LA MANZANA DE LA DISCORDIA - 01

Por: Jaime Ariansen Céspedes - Instituto de los Andes 

La Historia del Vino - Dionisos - Cap: 17

 

Dionisos y la Manzana de la Discordia. La introducción de  Dionisos en el Olimpo y la presentación del vino en la mesa de los Dioses, originó una famosa leyenda, una disputa muy original, que llega hasta nuestros días mencionada con frecuencia, pero, mejor relatamos esta historia desde el principio.

 

Para el 17 de Abril del año de las flores, se había pactado el matrimonio de Casius y Leyla, la ceremonia debería ser especial, según los deseos del propio Zeus, promotor de esta unión sentimental, había llegado el momento de imponer una singular pausa a esa epoca de violencia y desavenencias divinas y no había mejor ocasión para una reconciliación familiar que una inocente fiesta de bodas.

 

Los problemas en el entorno de Zeus habían comenzado con la llegada al Olimpo de la diosa Afrodita (Venus), La hija de Dione esperó ese día tan ansiado para ella a orillas del mar, engalanada y encima de una enorme  concha nacarada, un blanco coche tirado por palomas fue enviado por su padre Zeus para que la subieran por fin al Olimpo.

 

Cuando llegó allí, deslumbrante y encantadora, origino de inmediato los celos de las otras dos bellas del entorno cercano al rey de los dioses, Su esposa Hera(Juno) y su inteligente hija Atenea (Minerva), que se sabían las más bellas del Olimpo. Habían mantenido su relación familiar con un buen nivel de armonía, ambas aceptaban una dual primacía por el encanto y la belleza en la corte, pero al ver llegar a Afrodita en forma tan espectacular, ambas la empezaron a detestar de inmediato por su encanto y hermosura.

 

La rubia Afrodita, pelilarga, curvilínea, desinhibida y coqueta, era naturalmente una encantadora de hombres, que le prodigaron de inmediato toda su atención. Pasar a un segundo plano de la fama no les causaba ninguna gracia a las también esplendorosas Hera y Atenea.

 

Desde ese momento se multiplicaron los problemas familiares para Zeus, dimes y diretes, competencia entre las tres por perfumes, vestidos, joyas, protagonismo y atención del poderoso dios, quien se declaraba incompetente para enfrentar tan delicado e intrincado problema familiar entre su esposa y sus dos bellas hijas. 

 

Hermes, principal consejero real, le sugirió un día, que si les encargaba una tarea sencilla y frívola, quizás formarían el equipo deseado olvidando sus rencillas, Zeus acepta la sugerencia y solicita a Hera y a sus hijas Atenea y Afrodita que organizaran la fiesta en mención y lo hizo amablemente, lanzándoles una lisonja: "ustedes son el ramillete mas hermoso que se pueda imaginar, resplandecen con absoluta armonía, quiero pedirles un favor muy especial, encargarles organicen una gran fiesta para el matrimonio de Casius y Leyla, lo he prometido y se que ustedes pueden hacer esta tarea mejor que nadie. 

 

El plan de reconciliación comenzó a funcionar, las tres hermosas damas, aceptaron el encargo y diligentemente comenzaron a trabajar por primera vez juntas y en plena armonía, aceptaron la idea de convocar a Dionisos, y su alegre comparsa, habían escuchado del famoso viñatero, era sin duda el que amenizaba las mas alegras y divertidas fiestas utilizando la nueva y mágica bebida llamada vino.

Contactaron a Dionisos en Tebas, quien acepto de inmediato el encargo, había llegado la hora de actuar ante los más ricos y poderosos, es importante hacer notar que ninguno de los personajes involucrados sabia el verdadero origen divino de Dionisos, este descubrimiento origina otra historia que  se las relatare después.

 

Las tres diosas organizaron la fiesta es forma espectacular, para la teatral presentación del vino, habían previsto una hermosa mesa labrada y adornada con pámpanos y piedras preciosas, en el centro habían dejado un espacio para que las Ninfas pusieran un cántaro de alabastro azul cielo que traerían pasándolo de mano en mano en medio de una sensual danza, luego servirían su vino en un cáliz de oro y el propio Dionisos se lo ofrecería el poderoso Zeus a través de un ingenioso y musical brindis. Pero todo no sucedió de acuerdo a lo planeado...............

ORFEO Y EURIDICE - 04

Por: Jaime Ariansen Céspedes - Instituto de los Andes - Perú 

 

La Historia del Vino - Dionisos - Cap: 16

Orfeo regresa a Tracia, esta desconsolado, sabia que hacer, tenia que encontrar la muerte, pero era necesario determinar la forma que posibilitaría su anhelado encuentro en él mas allá con su amada Eurídice.

 

Se debería dirigir hacia el Oráculo de Clarus, cerca de Colofón, donde podría consultar a Manto, profetisa mítica, hija de Tiresias. Dionisos la conocía y era su amigo, estaba seguro que su  maestro lo acompañaría y que intercedería por él, para que Manto lo recibiera de inmediato y le otorgue una audición, ella le diría que hacer indagando en los misterios insondables del futuro.

 

Manto había recibido sus poderes directamente de Zeus, a su padre Tiresias, el famoso profeta ciego, los dioses le habían quitado la vista, solo cuando tenia siete años de edad, por que había revelado a los hombres cosas del Olimpo que estos no debían conocer, Tiresias debido a su corta edad e inexperiencia no conocía la trascendencia del secreto divino.

A Zeus le pareció excesivo el irreversible castigo del consejo del Olimpo a un infante,  a modo de compensación le otorga a Tiresias el don de la profecía, con el que podría "ver" el futuro y también le concede una vida siete veces más larga que la común de los hombres, estos dones se transmitirían a su primer hijo, que en nuestra historia resulto hija, a la que llamo Manto.

De esta manera, unos años mas tarde, Manto convirtió, con sus certeras profecías, a Clarus en el Oráculo más famoso de la región. En él termino de la distancia, Dionisos toca a su puerta, le presenta a Orfeo y le pide como un favor muy especial un derrotero para posibilitar el tan ansiado encuentro con la difunta Eurídice.

Manto se concentra observando las brasas de un rojo cristal y comienza diciendo, en el mundo subterráneo no es posible el encuentro de sus espíritus, por que  las aguas del rió Leteo harían olvidar a Orfeo de su vida terrenal, además el can Cerbero y las Tres Furias impedirían su retorno del reino de la soledad, tampoco Hades y Perséfone tienen el poder ni el deseo de devolver la vida terrenal de Eurídice. Por lo tanto la única posibilidad que queda es el Olimpo, y termina diciendo en el mundo superior el personaje adecuado y con el suficiente poder para lograr este milagro de amor es Apolo.        

 

El dios de la luz recibió de inmediato a Dionisos, le dijo "sé que eres el famoso viñatero, estoy siguiendo interesado tu labor de difusión de la planta que te dio mi hermano Hermes y de la bebida que preparas con ella .....por lo que te felicito.... solicítame lo que quieras y te concederé el deseo",... gracias poderoso Apolo, responde Dionisos pero la gracia que vengo a pedirte no es para mi, sino para Orfeo, un joven poeta, hijo de  Calíope, musa que alguna vez amaste con frenesí. El resplandeciente dios escucha la historia con atención, no puede negar nada al hijo de su recordada amante.

 

Cuentan los que estuvieron allí que fueron las Ménades las encargadas de dar a Orfeo una muerte de héroe, lucharon con valentía y decisión, según el ritual convenido, luego procedieron ceremonialmente con su cuerpo inerte y lo cubrieron con ramas de vid.

Las musas recogieron el cuerpo de Orfeo y lo enterraron al pié del monte Olimpo donde se dice que los ruiseñores cantan con más dulzura que en ningún otro lugar. Apolo llevó la lira de Orfeo al cielo y formó la constelación que desde entonces lleva el nombre de la Lira.

Orfeo fue conducido en un carruaje tirado por cuatro corceles blancos a los Campos Elíseos (el cielo) donde encontró a Eurídice.  Apolo  había arreglado allí su presencia con la anuencia de Zeus, Hades y Perséfone, y desde esa fecha los jóvenes amantes no se han vuelto a separar jamás.

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ORFEO Y EURIDICE - 03

Por: Jaime Ariansen Céspedes - Instituto de los Andes - Perú 

La Historia del Vino - Dionisos - Cap: 15 

 

Hades y Perséfone 

En menos tiempo de lo que cualquiera se hubiera imaginado, nuestro héroe Orfeo, se encontraba cruzando las colosales columnas del palacio de la oscuridad impenetrable y recorría un tétrico pasadizo hasta llegar e una enorme y austera habitación, en medio de la cual estaban en su trono de piedra Hades y Perséfone, quienes no pudieron ocultar su sorpresa al ver delante de ellos a un joven, flaco y desgreñado, que los mira directamente a los ojos, saca de una bolsa unos regalos, los coloca a sus pies y acompañado con su lira y sin mas preámbulos comienza a cantar una solicitud de ayuda, mediante una muy dulce melodía pide que le permitieran vivir junto a su amada Eurídice.

 

La reina se conmovió de tal manera con la triste historia, que sin salir todavía de su sorpresa y estupor, intercedió ante su poderoso esposo para que accediera a la solicitud del poeta enamorado.

Hades, acepto rápidamente la solicitud de Perséfone, con tal de deshacerse de este incomodo y bullicioso personaje que no encajaba con ninguna de las características de su frío y silencioso mundo.

 

El soberano sentencia: Orfeo, puedes regresar a tu mundo, recorre lentamente el camino por donde viniste, sin prisa y sin pausa, Eurídice te seguirá, pero te impondré como única condición, la prohibición de observar los detalles del mundo de las tinieblas y menos voltear la cabeza para mirar de donde vienes.

 

Orfeo, agradeció con una profunda venia y silenciosamente volvió tras sus pasos, rumbo a la vida y la felicidad.  Pero...... siempre existe uno, lamentablemente, cerca de la laguna Estigia le comenzó a invadir la duda...... ¿y si Eurídice no lo estaba siguiendo?.....  un deseo incontrolable de verificar este hecho, le hizo volver la cabeza hacia el camino, justo cuando subía a la embarcación de Caronte y vio unos pasos mas atrás a la dulce Eurídice que lo miraba sonriente.

 

Pero Orfeo había desobedecido las indicaciones de Hades y Perséfone, la concesión había terminado, desesperado vio mientras se alejaba de la orilla en la embarcación de Caronte, como las Furias tomaban de la mano a su amada y la conducían de regreso al mundo de la desesperanza y el frío eterno de la muerte. (Continuara)

ORFEO Y EURIDICE - 02

Por: Jaime Ariansen Céspedes - Instituto de los Andes - Perú 

La Historia del Vino - Dionisos Cap: 14

 

Para atravesar tan formidable barrera y llegar a Erebos, la morada de los poderes subterráneos, donde existía la completa oscuridad, primero debería convencer al barquero Caronte, anciano sombrío y tétrico que era el único que podía cruzar los ríos malditos, transportando en su chalupa las almas de los muertos rumbo al espacio de las sombras. Luego ya en las puertas del reino de Hades, al irascible guardián Cerbero y después nada menos que a las terribles Furias.

 

Dionisos también entrega a Orfeo, una preciosa Jarra de Jade que contenía un especial vino, que tenia la virtud de crear en el que lo bebiera una buena  predisposición por la armonía y la amistad, este ceramio debería ser el presente para Hades, enseguida le enseña una Cornucopia de Oro de donde brotaban a voluntad sarmientos de vid, que seria el especial regalo para  Perséfone.

 

Las indicaciones complementarias para Orfeo fueron, primero tendría que ir en paz y sus únicas armas deberían ser la sinceridad y la confianza. Después de muchas jornadas de viaje llegó, siguiendo las indicaciones, a la  brumosa laguna Estigia donde encontró al barquero Caronte quien no quiso transportarlo porque sólo llevaba a los muertos y él estaba vivo.

 

Orfeo, le explico mientras le servia un vaso de vino, que con su esposa Eurídice formaban una pareja indisoluble y que si ella estaba muerta el también lo estaba y por lo tanto podía transportarlo, entonces Orfeo entonó un himno como suplica, en el que resumía su triste historia, con tanto sentimiento que  conmovió a Caronte, que acepto conducirlo al otro lado de la laguna, a través de los ríos malditos.

Cuando estuvo frente a la enorme puerta de bronce que iniciaba el camino sin retorno al mas allá, utilizo los mismos argumentos para convencer al can  Cerbero y a las Tres Furias, las diosas de la venganza, Allecto,  la que no descansa, Tisifane, la vengadora del crimen y Megara, la celosa, eran las revindicadoras de toda trasgresión humana y las encargadas de fijar el castigo merecido a cada nuevo habitante del reino de las tinieblas, su principio era simple, ojo por ojo, diente por diente.  Inexplicablemente estos duros personajes cedieron ante un hechizo de amor, ante la sentida melodía del canto de Orfeo y lo dejaron pasar.

 

En menos tiempo de lo que cualquiera se hubiera imaginado, nuestro héroe, se encontraba cruzando las colosales columnas del palacio de la oscuridad impenetrable y recorría un tétrico pasadizo hasta llegar e una enorme y austera habitación, en medio de la cual estaban en su trono de piedra Hades y Perséfone, quienes no pudieron ocultar su sorpresa al ver delante de ellos a un joven, flaco y desgreñado, que los mira directamente a los ojos, saca de una bolsa unos regalos, los coloca a sus pies y acompañado con su lira y sin mas preámbulos comienza a cantar una solicitud de ayuda, mediante una muy dulce melodía pide que le permitieran vivir junto a su amada Eurídice.

ORFEO Y EURIDICE - 01

Por: Jaime Ariansen Céspedes - Instituto de los Andes - Perú

La Historia del Vino - Dionisos Cap: 13 

 

LAS PENAS DE ORFEO. Un diáfano día de primavera, Dionisos y Ariadna llegaron a una hermosa y florida región, en las riberas del rió Hebro, en Tracia, donde sus habitantes les acogieron con amistad e interés por conocer los muchos secretos de la enología. Cuando terminaban las faenas en el campo, los escogidos disfrutaban de la música y el vino de Dionisos, mientras escuchaban sus fantásticas historias.

 

Uno de los discípulos mas aprovechados fue un joven poeta llamado Orfeo, no-solo era un buen trabajador en el campo, también tenia un gran talento artístico, nuestros dos  personajes hicieron una sincera y gran amistad. En las horas de tertulia, Dionisos le enseño a tocar la lira y especialmente la flauta de Pan, Orfeo aprendió con tanta destreza y rapidez que sorprendía a su instructor, cuenta la historia que alcanzo tal virtuosismo con su música que podía amansar a los animales salvajes y detener el agua de los ríos, también las piedras y los árboles se movían para poder escucharle, como muchas veces sucede, el alumno había superado al maestro.

 

Su talento le venia de herencia, Orfeo era hijo de Calíope,  la de la dulce voz, una de las nueve musas que inspiraban a los vates y a los músicos, la más augusta y noble de todas y por supuesto tan virtuoso ser había concentrado sus genes en su aplicado retoño. Orfeo, también era un héroe, debido a la participación en la expedición de los Argonautas, a quienes alentó con su canto y gracias a esta argucia pudieron atravesar indemnes la morada de las Sirenas.

 

Orfeo se había  casado con una  doncella  hermosa que era la fuente de su constante inspiración, estaban muy enamorados, sin lugar a dudas la ninfa Eurídice  superaba cualquier expectativa y lograba que su diestro esposo,  fuera inmensamente feliz.

 

Pero un nefasto día, cuando Eurídice estaba en el campo pisó sin darse cuenta una serpiente venenosa que la mordió en un tobillo. Eurídice murió a las pocas horas, tal fue el dolor de la tragedia, que genero de inmediato una singular ola de amargo y frió sentimiento que cubrió a Orfeo y lo enmudeció, desde ese instante no volvió a emitir ningún sonido, ni a moverse, tratando con su concentración de preservar en su interior todo el amor perdido. Dionisos fue el único que pudo convencerlo que existía una alternativa a su muerte por inanición y que esta opción no era la única manera de alcanzar  el anhelo de reunirse lo mas pronto posible con su amada Eurídice.

 

Dionisos le dijo que era el momento de luchar y no dejarse morir, deberían unir fuerzas y tratar de arrancarle al destino tan fatal decisión. El le enseñaría que hacer. La reacción de Orfeo fue inmediata,  decidió ir donde Hades, en el reino de las tinieblas, para buscar a su esposa fallecida.

Hades, hermano de Zeus y Poseidón, era el soberano de los espíritus de los muertos, es el despiadado e inexorable enemigo de todo lo que represente vida y odiado por este hecho por los dioses y los hombres. Tenia como fiel guardián al can Cerbero de tres cabezas y el pelo formado por serpientes, este horrible ser  dispensaba una afectuosa acogida a los que entraban a sus dominios, pero si alguno pretendía salir tenia que enfrentarlo y evidentemente esto era muy difícil por su enorme poderío. 

 

Es celebre la historia de Hades y Perséfone, un día la hija de Zeus y Deméter, siendo aun doncella, mientras recogía flores cerca de su casa en Ena, Sicilia fue sorprendida por Hades quien la rapta y conduce en su carro de fuego al mundo de las tinieblas. Su madre Deméter, acude donde el poderoso Zeus a pedir ayuda y venganza y le recuerda tiempos pasados. Para  calmar la ira de la diosa de la agricultura, el soberano del cielo envió a Hermes a traerla de vuelta, pero se encuentran ante una realidad, Perséfone ya es la esposa de Hades, quien la a hechizado con un poderoso filtro de amor. Deméter insiste, necesita a su hija, por que es el vehículo de la fertilidad de los campos y sin su presencia todos los prados serán estériles. Llegan a un acuerdo final, dos tercios del año Perséfone permanecería con su madre en el mundo superior, al termino de ese periodo tenia que regresar con su marido y gobernar como la diosa sombría de la muerte.

 Este hecho determina que Perséfone sea el símbolo de la vida vegetativa, que nace y muere con el cambio de las estaciones. En la primavera  cuando las plantas brotan ella se eleva hacia su madre y vuelve a ser virgen y cuando llega el tiempo de la siembra, regresa a su mundo subterráneo, igual que las semillas que se colocan en las frías sepulturas de la tierra.

 

Orfeo Tiene que seguir fielmente las indicaciones de su amigo y maestro Dionisos, que le entrega un mapa que señalaba como encontrar el reino de Hades,  debería llegar al oeste del rió Océano, buscar allí una pradera cubierta de asfódela, una maleza de aspecto triste, luego seguir un sendero bordeado de sauces y álamos estériles que lo conduciría hasta la laguna Estigia, que estaba atravesada por el Aqueronte, rió de los infortunios, el Cocitos, río de los lamentos, el Flegetón y el Periflegetón los ríos de fuego, hasta llegar al Leteo, el río del olvido, donde las almas de los muertos bebían de sus aguas para olvidar su existencia terrenal.

EL MINOTAURO Y ARIADNA - 02

Por: Jaime Ariansen Céspedes - Instituto de los Andes 

La Historia del Vino -  Dionisos Cap: 12 

Teseo partió decidido rumbo al palacio del rey Minos, donde casualmente fue recibido por Ariadna, y de inmediato surgió una gran atracción entre ellos, que permitió a la joven princesa comprender los airados reclamos de Teseo y le manifestó que estaba segura que su padre lo dejaría encontrarse con el Minotauro, pero aunque lo venciera no podría salir nunca del perfecto laberinto.

Entonces Teseo solicita ayuda y Ariadna acepta ser cómplice en esta aventura contra su padre y entrega al joven héroe un ovillo con hilo de oro que debería ir desenrollando en su camino rumbo al duelo con el monstruo, que se realizaría en el mismo centro del laberinto.

Los dos jóvenes planearon toda la operación y la realizaron exactamente, el rey Minos aprobó el duelo de Teseo con el Minotauro, teniendo la certeza que en el muy improbable caso que Teseo derrotara al fantástico ser, no podría salir jamás del laberinto y nadie se enteraría del resultado de la pelea.

 

Teseo, entró y luchó en un largo y sangriento combate con el Minotauro, hasta que su espada mágica pudo más que los afilados cuernos y mató al monstruoso toro,  después pudo volver recorriendo el camino a la inversa siguiendo el hilo de oro que le había proporcionado Ariadna, pero todavía quedaba el problema de burlar a los soldados de Minos que prácticamente rodeaban el laberinto de Cnosos.

Escondidos en un lugar secreto cerca a la salida lo esperaban Icaro y su padre Dédalo, con sus alas de cera desplegadas para ayudarlo en la huida, de improviso llega a la escena Ariadna y reclama que la lleven también a ella, por que pronto el rey Minos se enteraría de su traición y sería severamente castigada.

Teseo accedió a la petición y los cuatro volaron hacia la isla de Rodas pasando sobre los atónitos guardias reales que no pudieron intervenir.

Después de la aventura del Minotauro, Ariadna  había creído que el amor que sentía por el joven héroe era correspondido y se entregó sin vacilaciones a una intensa pasión en los brazos de Teseo, pero sólo un tiempo después, el joven héroe,  le dijo que debía marcharse, por que tenía que proseguir con su peligrosa misión, todavía tenia que enfrentarse a la poderosa Medea y sus dragones y evidentemente no estaba para cargar con una nueva responsabilidad tan grande como el matrimonio que sugería la bella Ariadna.

En los siguientes días, Teseo le explica la importancia de sus tareas y la gran responsabilidad que había adquirido ante su padre, pero la joven enamorada no aceptó ni comprendió las explicaciones y quedó con el corazón destrozado al verlo partir sin esperanza de retorno.

 

Las siguientes semanas Ariadna las pasó desconsolada y decidida a dejarse morir de amor y también de inanición, nadie ni nada pudo convencerla, cada día era mayor su debilidad, sin que Dédalo ni su hijo pudieran hacer cosa alguna. Mediante un gran silencio demostraban su respeto por la decisión de la joven princesa y su propia frustración, por con todo su ingenio esta vez no podían inventar nada para hacerla cambiar de opinión.

 

Cuando de improviso comenzó a sonar en el ambiente una dulce y alegre melodía que lo inundaba todo con una especie de frenesí, era Dionisos y su comparsa, y apenas llegó se interesó de inmediato por la salud de Ariadna y le dio de beber su más preciado vino, junto con largas dosis de amistad y comprensión, escuchó y habló con respeto e inteligencia y en menos de lo que nadie hubiera imaginado, Ariadna estaba completamente curada.

 

Tres meses más tarde Dionisos y Ariadna se casaban en Cnosos, en una gran fiesta que fue comentada en todas las islas por muchos años. Con el tiempo, Ariadna se convertiría en la primera de las bacantes y sería reconocida en muchos lugares como la reina del vino. Los dos jóvenes amantes vivieron felices difundiendo alegremente las virtudes del vino, por los siglos de los siglos.

EL MINOTAURO Y ARIADNA - 01

La Historia del Vino - Dionisos: Cap 11 

Por: Jaime Ariansen Céspedes - Instituto de los Andes

 

Ariadna, hija de Minos

De todas las  aventuras de Dionisos, sin lugar a dudas la más trascendente  para su vida se realizo en Creta, pero mejor contemos la historia desde el principio para entenderla y disfrutarla mejor. En esa mágica época gobernaba en la isla el inteligente Minos, y como amigo predilecto de Zeus lucia la fama de ser llamado por el gran Hesiodo como "el rey más poderoso de todos los mortales". Con su dulce esposa Parsifae había procreado a dos hermosos hijos Decaulion y Ariadna, y logrado el reconocimiento y respeto de sus súbditos, por lo floreciente de la economía del lugar.

 

La familia real había fijado su residencia en Cnosos y rendían anualmente un sentido homenaje de agradecimiento a Zeus por tantas dádivas recibidas. Un día solicitaron a su amigo y vecino Poseidón que les enviase un toro para el sacrificio, el dios del mar, hizo surgir de las aguas uno maravillosamente hermoso y blanco como la nieve. Entusiasmado por la belleza del animal, Minos quiso guardárselo para sí y en la ceremonia utilizo una replica, la farsa fue inmediatamente descubierta por Poseidón, quien colérico y defraudado quiso castigar a Minos y no se le ocurrió otra mejor idea que hechizar a Parsifae condenándola a que se enamorara perdidamente nada menos que del toro.

Persifae comenzó a brindar creciente atención y mimos al hermoso animal, hasta que sé convirtió en una enfermiza obsesión, el rey estaba preocupado por que su esposa pasaba el día entero en los corrales del palacio. Hasta tal grado llegó la intimidad de la hechizada reina con el toro que un día sé encontró con la fantástica realidad que estaba embarazada.

 

El escándalo no estalla hasta el día del alumbramiento, cuando los asistentes contemplaron atónitos una criatura con cabeza de toro y cuerpo de hombre, evidentemente ese monstruo no era un nuevo hijo del rey y era por demás evidente de quien lo era.

El rey Minos, al principio no supo como reaccionar, pero luego comprendió y acepto el castigo divino. Entonces decidido esconder por siempre este infausto suceso.

 

Después de meditar un plan, envío por Dédalo,  que era el mejor arquitecto y escultor  de la época. No había nada que su inteligente cerebro no pudiera inventar y que sus hábiles manos no pudieran realizar. Dédalo acudió al llamado junto a su hijo Icaro. El rey Minos lo contrato para construir una prisión en forma de laberinto, lo más perfecto y seguro posible de manera que el que allí estuviera no podría salir jamás. Dédalo cumplió el encargo de construir lo que seria  la residencia del monstruo de la vergüenza, el toro de Minos o Minotauro.

El rey de Creta, quedó satisfecho por completo con el intrincado laberinto, pero Dédalo no, por que era prácticamente un prisionero del rey que tenia miedo que el arquitecto revelase el secreto. Un día, mientras Dédalo contemplaba a las aves marinas supo como podría escapar, deberían utilizar las alas de cera que había confeccionado para Icaro, solo tendrían que esperar el momento oportuno.

 

Minos, guardó como un secreto de estado el origen del monstruo, pero ordenó que cada año bisiesto, siete doncellas vírgenes serian sacrificadas, ofreciéndoselas al Minotauro como homenaje y en recompensa por las ofensas  hechas a los dioses del Olimpo.

Como ustedes comprenderán, la ordenanza real no era muy popular y  cuando llegaba el día de la ceremonia de sacrificio, las familias y amistades de las doncellas escogidas estallaban en dolor, llanto e impotencia ante el poder del ejército real, que se encargaba de cumplir a sangre y fuego la cruel orden.

 

Pero todo mal tiene un remedio, y este se llamó Teseo, un día llegó a Cnosos el joven héroe, el justiciero del oráculo de Delfos, el de las sandalias  doradas y la espada mágica, el más valiente de todos los guerreros, el que podía derrotar a cualquier gigante o dragón; entonces un simple torito no lo asustaría y más bien se encolerizó cuando recibió la noticia del terrible tributo y más aun cuando fue escogida como una de las doncellas que iban a ser sacrificadas, nada menos que la hermana menor de su mejor amigo. Sin lugar a dudas había  llegado la hora de terminar con el cruel ritual. (CONTINUARA)

LA AMBICIÓN DEL REY MIDAS

La Historia del Vino - Dionisos: Cap 10 

Por: Jaime Ariansen Céspedes - Instituto de los Andes

 

Un día los soldados del rey Midas, de Frigia, encontraron en los jardines de rosas del palacio a un anciano de barba, completamente embriagado, exhausto y que hablaba incoherencias en una lengua extranjera, diciendo que era el gran Sileno.

En la mitología griega Sileno era un dios menor que personificaba la embriaguez. Era el preceptor y leal compañero de Dionisos, al tiempo que era descrito como el más viejo, sabio y borracho de sus seguidores. Su equivalente en la mitología romana era Silvano, cuyo nombre significa simplemente «de los bosques», y en la mitología etrusca Selvans.

Sileno suele considerarse hijo de Hermes, como sucede con la mayoría de los sátiros, pero en otras tradiciones se le hace hijo de Pan con una ninfa, o de Pan con Gea. Como con Dioniso, se situaba su lugar de nacimiento en Nisa - Asia.

Después de un reparador sueño, comida caliente y un buen baño, el anciano recobro el sentido y le informo al rey que era parte de la comitiva de Dionisos y que acampaban cerca de allí, en el bosque. Midas envía a un emisario invitándolo a Palacio y diciendo que tenían muy bien cuidado al desaparecido Sileno, la noticia le causo gran alegría a Dionisos que temía por la suerte de su maestro y guía espiritual de la misión.

 

Dionisos en recompensa ofreció satisfacer un deseo del rey, cualquiera que sea, entonces al ambicioso Midas solicito que todo lo que tocara se convirtiera en oro, pero esta virtud concedida alcanza también a su comida y bebida, por lo que, muerto de hambre,  rogó al joven tebano que le librase de ese don fatal. Dionisos indica a Midas que se bañara en el río Pactolus, y de esta manera termina el hechizo, desde entonces este río fue rico en oro.

 

El festejo por el final feliz de la historia fue apoteósico, el rico rey colmo de regalos a sus invitados quienes le ofrecieron lo mejor de sus vinos. Tal fue la empatía entre ambos personajes que Dionisos  nombro a Midas como el primer sacerdote del vino. Este rey construye un gran templo en Frigia en honor a Dionisos y fue durante toda su vida su fiel seguidor.